En ausencia del Papa Francisco, el cardenal decano celebró la misa "en la Cena del Señor" en la Basílica de San Pedro. En la celebración de la tarde ni siquiera hubo el lavado de pies, debido a las disposiciones contra la propagación de la epidemia. Y por la misma razón no existía ni siquiera la adoración de la Eucaristía.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - El Jueves Santo está unido a la memoria de la Última Cena con la institución de la Eucaristía, don que "sólo un Dios podría concebir" y "sólo un poder y un amor infinitos podían realizar". Son palabras del cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, que en la tarde de hoy presidió, en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro, la Misa "en la Cena del Señor", que también recuerda la institución del sacerdocio y durante la cual se realiza el rito del lavatorio de los pies.
El Papa Francisco, entonces, no fue quien presidió la celebración. La ausencia había sido anunciada pero no explicada, y probablemente la razón haya sido evitar que el Papa se canse demasiado. Esta mañana ya había celebrado la larga misa crismal en la que, sin embargo, se lo vio en buena forma.
En la celebración de la tarde ni siquiera hubo lavatorio de los pies debido a las disposiciones para evitar la difusión de la epidemia. Y por la misma razón tampoco hubo adoración de la Eucaristía. El cardenal Re invitó en cambio a la oración. "Para que este drama termine – dijo - debemos recurrir a todos los medios humanos que la ciencia pone a nuestra disposición, pero necesitamos dar un insustituible paso más: debemos levantar una gran oración unánime para que la mano de Dios venga en nuestra ayuda y ponga fin a esta trágica situación que tiene preocupantes consecuencias en el campo de la salud, del trabajo, de la economía, de la educación y de las relaciones directas con las personas. Como el mismo Cristo nos enseñó, tenemos que ir y llamar con fuerza a la puerta de Dios, Padre Todopoderoso”. (FP)