Tras cuatro años de cárcel, liberaron a Ahmet Altan, periodista y escritor

El intelectual, de 71 años, había sido condenado por su participación en el fallido golpe de Estado contra Erdogan en julio de 2016. Los activistas denunciaron abusos y violaciones durante el proceso judicial. Tras quedar en libertad, sus primeras palabras fueron: La noticia llegó "de repente". Quiero pasar tiempo con mis hijos".


Estambul (AsiaNews/Agencias) - “No puedo decir cómo fue que salí. Estaba sentado [en la cárcel] y, de repente, me dijeron que me liberarían esa misma tarde". Estas son las primeras palabras del periodista y escritor turco Ahmet Altan, liberado ayer después de pasar más de cuatro años en la cárcel tras su condena por la (presunta) participación en un intento de derrocar el orden establecido. Nos referimos al (fallido) golpe de Estado ocurrido a mediados de julio de 2016, una operación que, según el presidente Recep Tayyip Erdogan, fue organizada por (presuntos) partidarios del predicador islámico Fethullah Gülen, antaño aliado y ahora enemigo número uno del gobierno de Ankara.

El veredicto del Tribunal de Casación llega al día siguiente de haberse presentado la petición oficial de libertad para el intelectual de 71 años, por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Al comentar el juicio, activistas y miembros de la sociedad civil denunciaron las reiteradas violaciones de los derechos civiles del acusado en el contexto de un juicio con motivaciones políticas. 

"Acabo de ver a mis hijos", dijo Altan a AFP, "y ahora quiero pasar un tiempo con ellos”.

Altan solía dirigir un periódico y es un escritor muy apreciado. Fue arrestado luego de la publicación de algunos artículos en los que se criticaba a Erdogan y se defendían los derechos de los kurdos. Uno de los cargos por los que fue detenido y posteriormente enjuiciado es haber "difundido mensajes subliminales al público". Posteriormente, los jueces le declararon culpable de querer derrocar al gobierno, sentencia que posteriormente fue anulada por el órgano que intervino en tercera instancia. El proceso judicial fue sometido a una revisión que finalmente desembocó en una condena de 10 años y seis meses por "apoyo a una organización terrorista" implicada en el intento de golpe de Estado. 

En 2017, el propio Altan había recurrido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, calificando de "grotescos" todos los cargos que se le imputaban. Los observadores y activistas occidentales, especialmente europeos, siguieron de cerca y largamente el caso judicial del periodista, así como el de otras personas destacadas, detenidas por delitos de pensamiento y opinión. En el pasado, los emisarios y diplomáticos europeos plantearon la cuestión de los derechos humanos -mucho más que sus colegas estadounidenses bajo la presidencia de Donald Trump-, en las reuniones con sus homólogos en Ankara. En este sentido, el caso más famoso -y controvertido- es el de Osman Kavala: estuvo cuatro años en una celda sin que hubiera condena, y fue arrestado nuevamente tras ser absuelto de todos los cargos en 2019. 

Desde la noche del intento de golpe de Estado que culminó con 250 muertos e hizo tambalear el poder de Erdogan durante algunas horas, el gobierno turco ha lanzado una caza de brujas. Ataques selectivos contra decenas de miles de opositores, intelectuales, activistas, personalidades del país y del extranjero, militares y jueces, profesores e intelectuales. Personas cuyo único punto en común es la pertenencia, real o presunta, a la red del predicador islámico, o bien a los movimientos de oposición pro-kurdos. Incluso hay sacerdotes condenados a prisión por haber ofrecido un trozo de pan en nombre de la “caridad cristiana”.