El Papa Francisco ordena 9 nuevos sacerdotes en la basílica de San Pedro

Es una de las primeras veces desde que comenzó la pandemia que la nave central se llena de fieles, bien espaciados y con mascarillas. Los nuevos presbíteros también conservaron la mascarilla durante toda la celebración. Ser ordenado no es una "carrera eclesiástica", sino "un servicio al santo pueblo de Dios".


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - En el llamado "Domingo del Buen Pastor", cuarto domingo de Pascua y 58º Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, el Papa Francisco ha ordenado nueve nuevos sacerdotes, seis del seminario romano, dos del colegio Redemptoris Mater y uno del seminario de Nuestra Señora del Divino Amor.

La misa de ordenación se celebró en el altar de la confesión y los fieles - aunque espaciados según las reglas anti-Covid - llenaron la amplia nave principal. Es una de las primeras veces que se vuelve a usar la basílica como antes de la pandemia, o casi: incluso los nueve candidatos al sacerdocio mantuvieron la mascarilla puesta hasta el final y permanecieron perfectamente distanciados, incluso cuando estaban postrados durante el canto de las letanías de los santos.

En su homilía, el pontífice retomó en parte la homilía prevista por el misal romano en la ordenación de los presbíteros, pero hizo muchas digresiones personales.

Subrayó que la ordenación no es un paso hacia una "carrera eclesiástica", sino asumir "un servicio, como el de Dios hacia su pueblo; es un servicio al santo pueblo de Dios”.

Luego dijo a los nuevos sacerdotes que vivieran siempre "cercanía, compasión y ternura".

La primera y “más importante” cercanía es “con Dios en la oración. Si uno no reza, extingue el Espíritu en su interior”. La segunda cercanía es con el obispo, signo de unidad: "Ustedes - dijo - son colaboradores del obispo, incluso en los momentos difíciles". La tercera es la "cercanía entre ustedes". El Papa les pidió que "hagan hoy un propósito: nunca hablar mal de un hermano sacerdote", sino acompañarse en su vocación y dialogar entre sí y con el obispo.

Por último, “la [cercanía] más importante: la cercanía al santo pueblo de Dios, ustedes han sido elegidos de entre ese pueblo. No olviden de dónde vienen. Sacerdotes del pueblo, no clérigos del Estado”.

Sobre el tema de la "compasión", Francisco exhortó a "perder el tiempo escuchando y consolando" a las personas, y a recordar que "Dios perdona todo".

Finalmente, subrayó con fuerza que los sacerdotes no deben "apegarse al dinero". “Sean pobres - dijo - como su pueblo… Un sacerdote empresario no es pobre y está lejos de la pobreza del pueblo de Dios”.