Murió el cardenal Nicholas Cheung, arzobispo emérito de Seúl

Tenía 90 años. Fue obispo de Cheongju (1979) y de Seúl, y también se desempeñó como administrador apostólico de Pyongyang. Dedicó su labor a la evangelización, la atención a los pobres, la dignidad de la vida y la libertad religiosa. Gracias a su trabajo -y al del Card. Kim, su predecesor- la Iglesia coreana ha llegado a representar el 10% de la población.


Seúl (AsiaNews) – Anoche a las 22:15 horas falleció el cardenal. Nicholas Cheong Jin-suk, quien fuera arzobispo de Seúl de 1998 a 2012. El purpurado, de 90 años, fue ingresado en el hospital Saint Mary de la capital. Su trabajo siempre estuvo dedicado a la evangelización, la atención a los pobres, la dignidad de la vida y la libertad religiosa.

El cardenal Cheong (en la foto, a la izquierda) nació en Seúl en 1931 y se hizo sacerdote en 1961. En junio de 1970 fue nombrado obispo de Cheongju por el Papa Pablo VI. En 1998, Juan Pablo II le nombró arzobispo de Seúl, como sucesor del card. Stephen Kim Sou-hwang (en la foto, a la derecha), gran artífice del compromiso de la Iglesia con la democracia en Corea. El Papa Benedicto XVI lo nombró cardenal en 2006.

Siempre estuvo comprometido con la lucha contra la desigualdad social en Corea del Sur, exigiendo una política "más cercana al ser humano y más atenta al segmento más débil de la población"

Como obispo de Cheongju, fundó el "Kkottongnae (Pueblo de las Flores)", el organismo más importante de la Iglesia coreana para ayudar a los pobres.

El purpurado también entró en el debate sobre la investigación con células madre cuando se realizaban en su país experimentos con células madre embrionarias y creó un "Fondo por la Vida" para recaudar fondos para la investigación con células madre adultas, lanzando también grupos por la "Dignidad de la Vida Humana".

Como arzobispo de Seúl, fue también administrador apostólico de Pyongyang (Corea del Norte). Mediante el envío de ayuda, intentos de diálogo, visitas, intentó abrir unos mínimos espacios para la libertad religiosa en el Norte, movilizando a los católicos del Sur en campañas de oración y recogiendo ayuda para Corea del Norte.

Tras pasar a ser arzobispo emérito (10 de mayo de 2012), dedicó su tiempo a escribir libros espirituales y a editar -como licenciado en Derecho Canónico- el Código de Derecho Canónico en coreano, con anotaciones.

Gracias a su trabajo -y al de Card. Kim, su predecesor, la Iglesia católica coreana ha crecido en número de fieles, y ha alcanzando el 10% de la población del Sur (en los años 60 representaba el 1%).