Conflictos entre países musulmanes por las fronteras en el Cáucaso y Asia Central
de Vladimir Rozanskij

La controversia entre Ingusetia y Daguestán fue resuelta por un tribunal islámico. Entre Kirguistán y Tayikistán, una disputa por la posesión de la cuenca acuífera de Golovnoj dejó un saldo de muertos y heridos.


Moscú (AsiaNews) - El mes de Ramadán -este año desde mediados de abril hasta mediados de mayo- debería inducir a los fieles musulmanes a la prudencia y el respeto mutuo. Pero es precisamente durante este período cuando se multiplican los desacuerdos entre los distintos pueblos devotos del Islam por disputas fronterizas entre las ex repúblicas soviéticas en los límites de Europa y Asia, y entre los numerosos grupos étnicos que desde hace siglos se superponen en estos territorios.

Los problemas entre Ingusetia y Daguestán, repúblicas pertenecientes a la Federación Rusa, comenzaron con las declaraciones del politólogo daguestaní Ruslan Kurbanov (foto 2), quien el pasado 21 de abril se dirigió a la minoría lezgina, una de las etnias locales, hablando de la vecina Ingusetia como “una república formada por casualidad en el contexto de las guerras chechenas de los años noventa". Estas palabras provocaron indignación entre los ingusetios, hasta el punto de que miembros de la asociación Mekhk-kkhel Sarazhdin Sultygov y Musa Albogachyev demandaron a Kurbanov ante el tribunal islámico. Este último aceptó someterse al juicio de la Sharia, pero no en Ingusetia y solo después de que termine el Ramadán (en la Federación Rusa los juicios islámicos se suspenden en este períodos), y posiblemente en Arabia Saudita o Qatar.

Sus acusadores lo tildaron de "provocador", afirmando que los teólogos locales, ingusetios, daguestaníes y chechenos "mastican estos problemas como cacahuetes" e insistieron en un juicio inmediato en Nazran, la capital de Ingusetia. El 27 de abril el tribunal se reunió en línea, y Sultygov y Albogachyev aceptaron la disculpa de Kurbanov, evitando que se desataran reacciones peligrosas entre los pueblos de las dos repúblicas.

En esos mismos días, a fines de abril, los representantes de los Tukhkum (grupos familiares locales) de la etnia arshtinia (también llamada Orstkhoytsy) de Chechenia exigieron públicamente que terminaran las especulaciones sobre su no pertenencia al pueblo checheno. Su solicitud fue presentada en todos los pueblos donde están activos los sindicatos de arshtinios e intervinieron los ancianos de cada grupo o teyp. Los arshtinios reafirman su unión con el pueblo checheno, y no quieren que desde la vecina Ingusetia "se haga política usando a nuestro pueblo para dividir a los ciudadanos de Chechenia".

Todo esto fue provocado por un discurso del presidente del parlamento checheno, Magomed Daudov, quien al comienzo del Ramadán se dirigió a la opinión pública de las repúblicas vecinas proponiendo un encuentro para discutir los temas abiertos referidos a las fronteras. Daudov repitió su ofrecimiento el 26 de abril, sugiriendo una reunión en Pyatigorsk, capital del distrito federal del Cáucaso Norte, pero las protestas de la población se multiplican, poniendo seriamente en duda la posibilidad de resolver la cuestión.

Las disputas fronterizas se renuevan no solo entre las repúblicas caucásicas de la Federación Rusa sino también entre países exsoviéticos como Kirguistán y Tayikistán, e incluso han dado origen a una serie de enfrentamientos armados. El 28 de abril estalló una disputa por el agua entre los habitantes de la zona del acuífero de Golovnoj, cerca de las nacientes del río Isfar (foto 3), que ambos países consideran territorio propio. Se utilizaron armas de fuego hasta que llegaron los militares, que a su vez alimentaron los enfrentamientos hasta la noche del 29 de abril.

Los caminos que conducen al río fueron bloqueados primero por los tayikos y después por los kirguises, y evacuaron a 7.000 habitantes de la zona. Se incendiaron más de 10 edificios, entre ellos una escuela; el Ministerio de Salud de Kirguistán habló de 31 muertos y 154 heridos, mientras que Dushanbe solo refirió 9 heridos. Las partes todavía están tratando de encontrar una solución pacífica al problema pra evitar nuevos enfrentamientos armados.

La crisis de la globalización también ha llevado en estas tierras a la explosión de lo que se denomina "etnonacionalismo", una variante oriental del soberanismo más relacionado con la etnia que con el territorio o la cultura. Los contendientes que aquí se enfrentan utilizan cada vez más argumentos vinculados a la fe islámica para justificar sus recíprocos reclamos, y son principalmente las generaciones más jóvenes las que están empujando a la radicalización.