Jerusalén, franciscano de Tierra Santa: 'al borde de la guerra civil'

El P. Ibrahim Faltas advierte sobre la "violencia" y la "rabia" de los jóvenes. El fracaso de las resoluciones de 1967 y la indiferencia de la comunidad internacional. La gente "tiene miedo de salir de su casa" porque "corre el riesgo de morir". Un llamamiento a los jefes de Estado: "La violencia genera violencia, ¡todos debemos detenerla!".


Jerusalén (AsiaNews) - "Estamos al borde de una guerra civil", mientras asistimos "impotentes a una violencia de hombre contra hombre sin precedentes", que estalla "con toda la rabia en ambas partes, jóvenes israelíes y jóvenes árabes" dice el P. Ibrahim Faltas - discreto de la Custodia Franciscana y director de las escuelas cristianas de Tierra Santa - en un mensaje titulado “¡Tierra Santa arde! Detengan este infierno”. En el documento que envió a AsiaNews, el padre Faltas habla sobre la escalada de violencia entre Israel y Hamas que se ha extendido a toda la población y  afirma que el origen del problema es el "gran fracaso de las resoluciones que se aplicaron en 1967" y "la indiferencia de la comunidad internacional" para encontrar "una solución al conflicto entre Israel y Palestina" que en este momento se encuentra en una "encrucijada trágica".

Ayer en el Regina Caeli en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco se dirigió a los beligerantes pidiendo "en nombre de Dios" que "detengan las armas en Tierra Santa". El padre Ibrahim explica que en este momento “no es solo una guerra entre Israel y Hamas” como ocurrió en la intifada anterior entre Israel y Cisjordania, cuando las partes “podían decidir un alto el fuego y llegar a un acuerdo. Aquí nos encontramos - advierte el sacerdote franciscano - con una población enfurecida de ambas partes, que está tratando de hacerse justicia por sí misma y ​​donde no hay ningún interlocutor”.

Con respecto a la escalada que desde la Explanada de las mezquitas y Sheikh Jarrah en Jerusalén se extendió hasta Gaza - donde ayer se registró el mayor número de muertes diarias - el religioso señala el drama "de una población que vive en el mismo territorio pero no tiene los mismos derechos". “La protesta - explica - se ha desatado en la población y en este momento hay más de 200 focos” de violencia.

Haifa, Nazaret, Ramle, Lod, Cana, Ashkelon, Tel Aviv, Nablus, Bethlemme, Jenin, Betania, Hebrón son solo algunas de las muchas ciudades israelíes y palestinas donde ha estallado "un infierno" con "automóviles quemados, linchamientos, incendio de casas, sinagogas y lugares de culto, y lanzamiento de piedras”. "Una verdadera guerra - añade - entre colonos judíos y árabes israelíes, en ciudades israelíes, y lo mismo ocurre en las zonas ocupadas de Cisjordania".

“Para entender Oriente Medio y lo que está ocurriendo - advierte el P. Ibrahim - hay que conocer la historia local. En Israel, junto con los ciudadanos israelíes y los colonos, que pueden ser hebreos practicantes o laicos, viven los árabes israelíes del ‘48, que pueden ser cristianos o musulmanes, pero todos son ciudadanos israelíes con pasaporte israelí. En Cisjordania viven los palestinos, que pueden ser cristianos o musulmanes, y tienen un pasaporte palestino. En Jerusalén, además de los ciudadanos israelíes, viven palestinos que no tienen ningún pasaporte”.

Las tensiones y e impulsos opuestos han desembocado en una "guerra en las calles" con "palos y piedras". El sacerdote advierte el peligro que esto encierrra: “Si bien tenemos información detallada sobre las estrategias de guerra entre Hamas e Israel, que ya se ha cobrado muchas víctimas, nadie se da cuenta del peligro que corre el país. La gente tiene miedo de salir de su casa porque teme ser víctima de la violencia, porque tanto si eres árabe como si eres judío, ¡corres el mismo riesgo de morir!”. Por último el padre Faltas hace un llamamiento a todos los jefes de Estado y de gobierno para que pueda terminar el fuego entre Hamas e Israel  yse intervenga "rápidamente para restablecer el orden en las calles y en la población, que ya ha perdido la confianza por largos años de conflicto". La violencia -concluye- genera violencia, ¡todos debemos detenerla!”.