Golpeados por el Covid, los comerciantes de Tokio dejan de pagar a la Yakuza

Se trata de una poderosa organización criminal que brinda "protección" con el pago obligatorio del "mikajimeryo". Los menores ingresos y las pérdidas causadas por la pandemia han impulsado a las víctimas a oponerse a esta práctica. Multas para los empresarios que sucumben a la extorsión de la mafia japonesa.


Tokio (AsiaNews/Agencias) –  Golpeados por la crisis de Covid-19, los comerciantes de la capital dejan de pagar por la "protección" de la Yakuza, la organización criminal local. Según datos de la Policía Metropolitana, en los tres primeros meses del año, unos 100 empresarios gastronómicos y de otros sectores dejaron de pagar el "mikajimeryo", una suerte de "pellizco" que exigen los gánsteres japoneses.

Con la merma de ingresos y las pérdidas causadas por la emergencia del coronavirus, las víctimas comenzaron a resistirse a esta práctica, según comentan las fuerzas de seguridad de Tokio. El mikajimeryo no se ciñe al pago directo de dinero en efectivo, sino que también incluye la obligación de comprar -a precios exorbitantes- los productos ofrecidos por la Yakuza, como agua potable, adornos para fiestas, amuletos de la suerte y macetas o jardineras.

La Policía ha reforzado la protección de los locales gestionados por los empresarios que se oponen al chantaje del grupo criminal. Entre 2010 y 2020, entre 390 y 510 comerciantes al año dejaron de pagar el mikajimeryo. En algunas zonas comerciales de Tokio, los propietarios de tiendas que pagan el soborno al crimen organizado se arriesgan a un año de cárcel o a una multa de hasta 500.000 yenes (3.750 euros).

La Yakuza es una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo. La Policía Nacional japonesa ha calculado que esta mafia gana cerca de 10.600 millones de euros con sus actividades ilícitas.