Liberaron a Wang Jingyu, el disidente chino encarcelado en Dubái

Regresó a Turquía, donde estuvo refugiado anteriormente. Criticó la falta de transparencia del gobierno chino respecto a las bajas sufridas durante los enfrentamientos fronterizos con la India en junio de 2020. Se lo acusa de "difamar a los héroes y mártires" de la nación. Mientras estuvo preso, fue presuntamente presionado para aceptar la extradición a China. El caso acaparó la atención de los EE.UU.


Dubái (AsiaNews) –  Las autoridades de Dubái liberaron ayer a un joven disidente chino que es buscado por Beijing. Tras pasar varias semanas en la cárcel, Wang Jingyu tomó un avión con destino a Estambul, donde ha estado refugiado por un tiempo. El gobierno chino persigue a Wang por sus comentarios en Internet sobre los enfrentamientos del verano pasado entre las tropas chinas e indias en la frontera del Himalaya.

La policía de Dubái había detenido a Wang el 6 de abril en el aeropuerto internacional local. El hombre había tomado un vuelo que debía llevarle de Turquía a los Estados Unidos, -donde había obtenido un permiso de residencia- pero el avión hizo una escala en los Emiratos Árabes Unidos.

En una entrevista con Epoch Times, Wang dijo que unos policías vestidos de civil lo trasladaron hasta la cárcel por una acusación inicial de amenaza a la seguridad nacional. Explicó que en su celda recibió varias visitas del personal diplomático chino destinado en el país del Golfo. Tanto las autoridades locales como los enviados de Beijing presionaron al disidente para que aceptara firmar un documento para su extradición a China. La policía de Dubái rechaza esta versión. La Embajada de China en los Emiratos y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Beijing no han hecho declaraciones al respecto.  

La policía de Chongqing difundió una orden de captura contra Wang por haber difamado a los héroes y mártires" de la nación. El 21 de febrero, dos días después de que el gobierno chino admitiera cuatro bajas en los enfrentamientos fronterizos que estallaron con India ocho meses atrás, Wang preguntó en Weibo por qué las autoridades de su país habían tardado tanto en reconocer la muerte de los soldados. "¿Qué es lo pretenden ocultar?", se preguntaba el joven en un post publicado en la popular red social china.

El 15 de junio de 2020, las tropas indias y chinas se enfrentaron en el valle de Galwan, entre el Ladakh indio y el Aksai Chin chino: 20 soldados indios murieron; fuentes no confirmadas hablaron inicialmente de 45 bajas entre los chinos. Los dos países comparten una frontera de 3.488 km en la impenetrable región del Himalaya, por la que libraron un breve pero sangriento conflicto en 1962.

La liberación de Wang se produjo poco después de que su caso acaparara la atención del Departamento de Estado de EE.UU., de grupos humanitarios como Safeguard Defenders y de la prensa internacional. El temor de familiares y amigos era que el gobierno de los Emiratos decidiera deportar a Wang a China. La monarquía del Golfo es un viejo aliado de Washington, pero en los últimos años ha forjado lazos comerciales cada vez más estrechos con Beijing; el año pasado también puso en marcha un proyecto de cooperación con los chinos para desarrollar y producir la vacuna contra el Covid.