Patriarca maronita: un pueblo inocente sufre por los pecados de sus dirigentes

Nuevo ataque de Card. Raï a los políticos por su incapacidad de formar gobierno y garantizar la estabilidad de la nación. El temor ante la inminente suspensión de los subsidios, con el riesgo de una nueva suba de precios. Conferencia internacional y neutralidad, dos puntos esenciales para salvar a una nación al borde del colapso. 

 


Beirut (AsiaNews/Agencias) - El Patriarca maronita vuelve a arremeter contra los dirigentes políticos e institucionales del Líbano: en los últimos meses han sido incapaces de formar un gobierno estable, autorizado e independiente. Al mismo tiempo, el purpurado invoca la ayuda de la comunidad internacional para una población en una situación desesperada. Las palabras del cardenal Beshara Raï siguen la invitación a la oración que propusiera el Papa Francisco. Ayer, en el Ángelus, el pontífice anunció un encuentro en el Vaticano que convocará a los líderes cristianos. La cita, el próximo primero de julio, será una jornada de reflexión sobre la situación del país y para rezar por la paz. 

El patriarca maronita se preguntó si el Estado conspira contra su propio pueblo, mientras la nación se hunde en una crisis que se prolonga desde hace dos años. De ahí la advertencia a la comunidad internacional para que intervenga urgentemente en favor de la población, en vez de supeditar el apoyo a la formación de un gobierno, situación que se dilata desde hace más de 10 meses. 

Durante la homilía de la misa dominical, el cardenal criticó la falta de medicamentos y otros productos de primera necesidad. Sobre todo, en un momento en que las autoridades se preparan para suspender los subsidios a algunos productos, lo que hace temer un aumento de precios mucho más marcado. "En parte, la crisis es producto de la avaricia y la política del monopolio. Es hora de racionalizar las subvenciones, sin tocar las reservas obligatorias del Banco del Líbano".

Sin embargo, en medio de los retrasos y los huecos en la financiación, "son los ciudadanos los que terminan pagando" el precio de la ineficacia y la incapacidad a nivel político e institucional. El patriarca maronita recuerda también que "corresponde a los servicios de seguridad y a las autoridades judiciales" controlar las existencias en los almacenes "para acabar con el monopolio" y que también compete a ellos el patrullaje de las fronteras "para combatir el contrabando". "El pueblo es inocente", advirtió, "del comportamiento de su Estado y de la clase política en general”. Y dirigiéndose a los gobiernos del mundo que pueden influir en la crisis libanesa, el patriarca dijo que “La gente amerita ser ayudada, porque merece vivir". 

Detrás de la situación de crisis permanente está el enfrentamiento político y personal entre el presidente Michel Aoun y el primer ministro Saad Hariri, cuyas divergencias han impedido la formación del gobierno. Cabe remarcar que esta es una condición necesaria para el desbloqueo de la ayuda económica y financiera internacional, congelada a causa de la crisis que azota el país. El cardenal Raï pidió que se celebre una conferencia internacional patrocinada por las Naciones Unidas: sin ella, "no habrá solución a la crisis política, económica, financiera y social" unida a la aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Por último, el cardenal volvió a referirse a la "neutralidad" del Líbano, -que le valió las críticas de Hezbolá y sus aliados- ya que considera que es la única vía de salvación para el país de los cedros, frente a las tensiones que atraviesa la región de Oriente Medio.