Vientiane, el Covid-19 cierra escuelas y alimenta el trabajo infantil

El informe de la ONU muestra un incremento del trabajo infantil a escala mundial por primera vez en 20 años. Los avances en la lucha se han estancado debido a la pandemia. Hay 160 millones de niños en el mundo que son víctimas de la explotación. El ejemplo de Laos: la educación cae, los trabajadores jóvenes aumentan.


Vientiane (AsiaNews) - La pandemia de Covid-19 ha aumentado el nivel de pobreza de las familias laosianas y ha negado el derecho a la educación a un número creciente de niños, empujándolos a quedar en manos de quienes explotan el trabajo infantil. La mayoría de ellos son empleados en los campos y tierras de cultivo por sus mismos padres y, en los casos más extremos, algunos comienzan a trabajar incluso antes de ir a la escuela primaria.

Una investigación reciente difundida por Radio Free Asia (RFA) muestra que casi el 30% de los menores de entre cinco y 17 años se dedican a las más variadas formas de trabajo, mientras que el 25% ni siquiera puede completar el ciclo de primaria o secundaria porque ya tiene un trabajo a tiempo completo. La mayoría vive en zonas agrícolas, donde se concentra más del 80% de la población total. Nueve de cada 10 niños están empleados en la agricultura, la pesca o la silvicultura y el 70% trabaja más de 49 horas por semana.

La gran mayoría de los niños explotados en Laos proviene de comunidades pertenecientes a minorías étnicas de fe cristiana, a veces perseguidas por las autoridades comunistas. Sin embargo, es un problema que no se limita a la pequeña nación asiática, ya que en todo el continente y la región del Pacífico hay al menos 62 millones de víctimas del trabajo infantil, equivalente a la suma de las poblaciones menores de 14 años de Filipinas, Vietnam. y Japón.

A nivel mundial, el número de niños que trabajan se ha elevado a 160 millones, lo que supone un aumento de 8,4 millones en los últimos cuatro años. Según un estudio elaborado por especialistas de las agencias de la ONU, Unicef ​​y la OIT (Organización Internacional del Trabajo), millones más se encuentran en riesgo debido a las consecuencias de la pandemia del Covid-19 en la economía de sus respectivos países, y debido a las situaciones familiares cada vez más difíciles.

Los datos se encuentran en el informe titulado “Child Labour: Global estimates 2020, trends and the road forward”, publicado hace pocos días en vísperas del Día Mundial contra el Trabajo Infantil que se celebra mañana, 12 de junio. El estudio muestra que, por primera vez en 20 años, los avances en la lucha contra el fenómeno han entrado en una fase de estancamiento. Además, la tendencia a la baja (entre 2000 y 2016 hubo menos de 94 millones de menores víctimas del trabajo infantil) parece haberse detenido y es probable que siga aumentando en el futuro inmediato.

El informe muestra un incremento significativo en el número de niños de entre cinco y 11 años que son víctimas del trabajo infantil, que ahora representan casi la mitad del total. Al mismo tiempo, la cifra de menores de entre cinco y 17 años empleados en ocupaciones que se consideran “de riesgo” para la salud física y psicológica aumentó 6,5 millones respecto de las estimaciones de 2016, llegando a 79 millones.

El empeoramiento también resulta evidente en regiones que, hasta 2016, registraron situaciones de mejora progresiva como Asia (y América Latina), donde el impacto del nuevo coronavirus en la escolarización de los niños y el ingreso temprano en el mercado laboral resulta más notorio. A nivel mundial y como resultado de la pandemia, cerca de nueve millones de niños corren el riesgo de ser iniciados en el trabajo infantil para fines de 2022. Los pronósticos indican que el número puede aumentar a 46 millones si no se aplican políticas adecuadas de protección y prevención.