Cristianos libaneses con el Papa Francisco para revivir una nación en crisis

Grandes esperanzas por el encuentro de mañana en el Vaticano y muchas expectativas desde el punto de vista económico, social y espiritual. El apoyo de la Santa Sede a la conferencia internacional sobre el Líbano. Más difícil el tema de la neutralidad, para no cerrar los canales diplomáticos con Hezbollah. De un país “mensaje” a una nación “de ciudadanía y responsabilidad”.

 


Beirut (AsiaNews) - En el Líbano hay una gran expectativa, sobre todo entre los cristianos, por la jornada de reflexión y oración convocada por el Papa Francisco que se llevará a cabo mañana en el Vaticano, con la presencia de los patriarcas católicos y ortodoxos y de los jefes de las comunidades cristianas. Grandes esperanzas se concentran en este encuentro, tanto políticas como económicas, sociales y espirituales, porque está relacionado con la identidad de una nación en crisis, un estado sin gobierno y una economía al borde del colapso.

El padre Fadi Daou, fundador de la ONG Adyan, comprometida en el diálogo interreligioso, señaló en una entrevista a L'Orient-Le Jour (LOJ) que "lo más importante será el discurso que pronunciará el Papa al concluir la jornada y la manera como reaccionará a los diferentes enfoques de los patriarcas presentes". Los principales referentes cristianos, agregó, "son incapaces de acordar una línea común y unitaria". "La novedad - siguió diciendo - no vendrá de los discursos de los patriarcas" cuya voz ya parece un disco rayado que se repite desde hace meses, sino "de lo que diga el Papa". Podría consistir en “la participación de la Santa Sede en la organización de una conferencia internacional sobre el Líbano", como viene pidiendo desde hace meses el patriarca maronita.

En un primer momento la solicitud fue recibida de manera diferente por las distintas Iglesias orientales, sobre todo en relación con la reivindicación de la "neutralidad" del Líbano. Los obispos greco-ortodoxos y sirios-ortodoxos han manifestado reservas al respecto, lo que han impedido que se presentara a Roma un documento unitario. Las diferencias pueden explicarse por el hecho de que la sede de los patriarcas ortodoxos está en Damasco y esa propuesta podría parecer hostil a Siria.

Sin embargo, la hipótesis más probable es que el Vaticano reconozca "la necesidad" de un encuentro internacional sobre el País de los Cedros, como explica una fuente episcopal cercana al patriarcado maronita que ha pedido el anonimato. Por otra parte el mismo Papa Francisco manifestó en su discurso ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, en el mes de febrero, su deseo de un "compromiso político nacional e internacional" orientado a la estabilidad y recuperación del Líbano. Sin embargo persisten las dudas sobre la posible declaración de neutralidad, porque una postura de ese tipo podría congelar los canales diplomáticos establecidos con otras partes, entre ellas Hezbollah, que es abiertamente hostil.

Pero la gravedad de la situación libanesa sigue siendo apremiante, cada vez más colapsada y en peligro de derrumbarse bajo los golpes de la crisis institucional, social, política y económica.

El encuentro del 1 de julio en el Vaticano abordará también los aspectos sociales y espirituales, con el reclamo a una mayor fidelidad al Evangelio y la reciente consagración de la región de Oriente Medio, probada por la guerra y la inestabilidad, a la Sagrada Familia. Instando a los patriarcas a no saciar su sed en las "fuentes envenenadas por el odio", el pontífice pide que "vivan la profecía de la fraternidad humana", corazón de la encíclica "Fratelli Tutti". El Papa Francisco está transformando el concepto de un "Líbano mensaje" en el de una nación "de ciudadanía y responsabilidad, derechos humanos y justicia social, un Líbano que el Vaticano intenta acercar al mundo árabe abierto a Occidente y comprometido" a vivir la profecía ”de la fraternidad en el mundo árabe-musulmán.