Papa: que el Líbano vuelva a ser un mensaje universal de paz y fraternidad

Al concluir la jornada con los líderes de las comunidades cristianas del país, Francisco habló de un pueblo que necesita “proyectos de paz y no de desgracia”. Los políticos deben encontrar “soluciones urgentes y estables para la crisis económica, social y política, recordando que no hay paz sin justicia”.

 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Que el Líbano vuelve a ser "un mensaje universal de paz y fraternidad", una tierra de tolerancia y pluralismo, "un oasis de fraternidad donde se encuentran diferentes religiones y confesiones, donde comunidades distintas conviven anteponiendo el bien común a los beneficios particulares". El Papa Francisco concluyó la Jornada de oración por el Líbano expresando esta esperanza. En la Basílica de San Pedro se encontraban los líderes de las comunidades cristianas del país: católicos, ortodoxos, caldeos, armenios y evangélicos. El Patriarca sirio-católico de Antioquía, Mor Ignatius Youssef III pidió en su oración: "Concede, oh Señor, a tu Iglesia tu seguridad, tu paz y tu fe, día y noche". Aleja de ella las disputas y los desacuerdos, líbrala de los golpes de la ira, [haznos dignos] de darnos la paz unos a otros con un corazón puro”.

Estuvieron juntos todo el día: tres sesiones de trabajo a puerta cerrada antes de la oración de clausura en la basílica. Invocaciones y cantos en todos los idiomas de la región, al terminar los cuales algunos jóvenes entregaron a los jefes de las Iglesias una lámpara encendida como símbolo de la voluntad de ser portadores de la luz de la paz en el mundo. Por el Líbano "que llevo en mi corazón y que tengo el deseo de visitar", Francisco espera que se movilice la comunidad internacional y a la Jornada de hoy le sigan iniciativas concretas.

Paz ha sido la palabra que resonó en todos los idiomas. Francisco dijo que es la respuesta “al grito de todo un pueblo”, que necesita "proyectos de paz y no de desgracia". “En estos tiempos de desgracia queremos afirmar con todas nuestras fuerzas que el Líbano es, y debe seguir siendo, un proyecto de paz”, donde “se encuentran las diferentes religiones y confesiones, donde conviven distintas comunidades anteponiendo el bien común a los beneficios particulares”. E llamamiento estuvo dirigido a todos los miembros que lo componen, empezando por los ciudadanos: "no se desanimen, no pierdan el ánimo, encuentren en las raíces de su historia la esperanza para volver a empezar". Un llamamiento a los políticos, "para que, en razón de sus responsabilidades, encuentren soluciones urgentes y estables para la actual crisis económica, social y política, recordando que no hay paz sin justicia. A ustedes, queridos libaneses de la diáspora, para que pongan al servicio de la patria las mejores energías y recursos de que disponen. A ustedes, miembros de la comunidad internacional, para que, con un esfuerzo conjunto, se sienten las condiciones para que el país no se derrumbe sino que comience un camino de recuperación. Será un bien para todos”.

“Creemos - dijo luego Francisco - que Dios señala una sola dirección en nuestro camino: la paz. Por eso aseguramos a nuestros hermanos y hermanas musulmanes y de otras religiones nuestra apertura y voluntad de colaborar para construir la fraternidad y promover la paz”. “En este sentido, espero que a esta jornada le sigan iniciativas concretas en nombre del diálogo, el compromiso educativo y la solidaridad. Proyectos de paz y no de desgracia”.

“Hoy hemos hecho nuestras las palabras llenas de esperanza del poeta Gibran: Más allá del negro telón de la noche hay un amanecer que nos espera. Algunos jóvenes nos acaban de entregar unas lámparas encendidas. Precisamente ellos, los jóvenes, son lámparas que arden en esta hora oscura, en sus rostros brilla la esperanza del futuro. Hay que escucharlos y prestarles atención, porque por ellos pasa el renacimiento del país. Y todos nosotros, antes de tomar decisiones importantes, miremos las esperanzas y los sueños de los jóvenes. Y miremos a los niños: que sus ojos luminosos, pero regados por demasiadas lágrimas, sacudan las conciencias y orienten las decisiones”.

"Hay otras luces que brillan en el horizonte del Líbano, son las mujeres". “Las mujeres son generadoras de vida y esperanza para todos; que sean respetadas, valoradas e involucradas en los procesos de toma de decisiones del Líbano. Parafraseando nuevamente al poeta, reconocemos que para llegar al amanecer no hay otro camino que atravesar la noche. Y en la noche de la crisis hay que permanecer unidos. Juntos, a través de la honestidad del diálogo y la sinceridad de intenciones, se puede llevar la luz a los lugares oscuros". "Que se desvanezca la noche del conflicto y surja un amanecer de esperanza. Que terminen las animosidades, que se superen los desacuerdos y que el Líbano vuelva a irradiar la luz de la paz”.