Los gobiernos de Asia Central emplean a milicianos uigures para combatir a los talibanes
de Vladimir Rozanskij

El avance de los extremistas afganos amenaza a países como Tayikistán y Turkmenistán. El apoyo de Rusia, que a su vez mantiene un trato directo con los "estudiantes de Dios". Turquía entra en juego reclutando a ex milicianos del ISIS.


Moscú (AsiaNews) - Varios países de Asia Central están dispuestos a utilizar grupos de mercenarios para proteger sus fronteras, ante la amenaza que supone el conflicto en Afganistán, entre el ejército regular y los talibanes. Así lo informó el 10 de julio el prestigioso periódico ruso Nezavisimaja Gazeta, según el cual la mayoría de los milicianos reclutados por los gobiernos de la región son refugiados de origen uigur, procedentes de China.

El enfrentamiento entre uigures y talibanes estaría siendo orquestado por Tayikistán y otras naciones de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), surgida tras el colapso de la URSS en la década del '90. Como parte de los acuerdos de la CEI, la Federación Rusa gestiona la base militar 201 en territorio tayiko, pero por el momento el Kremlin se limita a observar la situación.

Sin embargo, desde la base 201, los militares rusos han iniciado varias maniobras preventivas con las tropas tayikas: las operaciones se desarrollaron en los polígonos montañosos de Lokhur y Sambuli. Las Spetsnaz (fuerzas especiales) rusas del Distrito Militar Central dirigen estas actividades y también se encargan del adiestramiento de los militares uzbekos. En el corto plazo, se espera el despliegue de estas fuerzas mixtas en las fronteras con Afganistán.

Uzbekistán es el país más tibio en la lucha contra los talibanes, con los que supo llegar a acuerdos en la época del histórico presidente Islam Karimov. Su sucesor, Shavkat Mirziyoyev, no es reacio a asumir modelos sociales más cercanos a los de los talibanes. Con la reciente ley de libertad religiosa, Mirziyoyev ha permitido a los musulmanes uzbekos profesar formas más abiertas de radicalismo islámico, con la posibilidad de llevar el hiyab en lugares públicos. Cabe remarcar que Uzbekistán también está acogiendo a varios soldados afganos que huyen de las milicias talibanes.

La situación es más incierta en Turkmenistán, cuya frontera con Afganistán está en manos de los talibanes. El presidente Gurbangul Berdymukhamedov ha decidido reforzar la presencia militar en los confines, incluso contratando milicias privadas; estas fuerzas también están desplegadas en la frontera con Irán. Muchos de estos grupos armados están formados por refugiados uigures.

La Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) también está debatiendo planes de defensa conjunta contra los talibanes. Su director, Anatolij Sidorov, tiene ahora una base permanente en Dusambé para vigilar la frontera afgano-tayika y elaborar planes de respuesta conjunta. También en este caso, por el momento la única medida en vigor parece ser el uso de las milicias uigures.

Por su parte, Rusia está procurando tratativas directas con los talibanes. Una delegación de fundamentalistas islámicos fue recibida en Moscú, a pesar de ser una "organización extremista" prohibida en la Federación. Las negociaciones han desatado la polémica: muchos opositores ahora exigen que el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, sea excluido de las listas electorales del partido Rusia Unida. El ministro encabeza las listas de la agrupación política del presidente Vladimir Putin. Cabe recordar que el presunto "contacto con extremistas" fue la razón citada para excluir de las elecciones a todos los candidatos partidarios de Navalny. 

Al parecer, Turquía también planea intervenir en Afganistán. Según varios medios kurdos, Ankara pretende contratar a la milicia mercenaria del "Ejército Nacional Sirio", que incluye a varios integrantes del ex ISIS. Los mercenarios -uigures u otros- serían por tanto un elemento clave en la gestión de un conflicto muy complejo, que va más allá de las fronteras de Afganistán y afecta a toda la región de Asia Central.