Ankara, árbitro de la disputa entre Moscú y Kiev
de Vladimir Rozanskij

A pesar de la creciente tensión con la OTAN, los rusos mantienen buenas relaciones con los turcos. Erdogan no quiere un conflicto en el Mar Negro. El presidente turco podría mediar para resolver la cuestión de Crimea, la península que Putin arrebató a los ucranianos en 2014.


Moscú (AsiaNews) - El Kremlin sigue atacando a la OTAN, excepto a uno de sus miembros: Turquía. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, declaró el 27 de julio que el reciente paso del destructor británico Defender cerca de la costa de Crimea (circunstancia que el primer ministro británico, Boris Johnson, desmintió) "no será la última provocación de la Alianza Atlántica en el Mar Negro".

A pesar de las ambigüedades de la política de Ankara, las relaciones ruso-turcas se han vuelto mucho más cordiales desde el conflicto de Nagorno Karabaj. El gobierno turco aún no ha reconocido la anexión de Crimea por parte de Rusia, pero sigue vendiendo armas a Ucrania, sin que esto despierte la indignación de Moscú.

El 10 de julio finalizaron los ejercicios militares de la OTAN, "Sea Breeze", en el Mar Negro y en ellos también participó la Armada ucraniana. La navegación y el paso por los Dardanelos, el Mar de Mármara y el Bósforo siguen estando regulados por la Convención de Montreux de 1936, suscripta por Turquía, Francia, Grecia, Rumania, el Reino Unido y la Unión Soviética (en 1938, Italia también adhirió, durante el gobierno de Mussolini).

De no ser por este acuerdo, habría una enorme flota occidental surcando el Mar Negro, contrarrestando las veleidades bélicas de Rusia. La rigidez de Turquía para salvaguardar los términos del convenio es precisamente lo que ha preservado también los intereses de Rusia al impedir el paso de los buques de la OTAN, salvo en contadísimas excepciones y durante períodos limitados.

Como afirmó el Prof. Hassan Unal, (Universidad de Maltepe, Estambul) durante una entrevista con Lenta.ru, "aunque Rusia sea un país que hoy resulta desagradable para los occidentales, Turquía no tiene ningún interés en iniciar una guerra contra ella por Crimea o Ucrania, que ni siquiera forma parte de la OTAN". Unal observa que "es la OTAN la que tiene que espabilarse y evitar jugar con fuego, mientras [el gobierno turco] se mantiene prudentemente equidistante entre los dos bandos".

Turquía ha suministrado a Ucrania casi veinte drones de combate Bayraktar TB2 y ha prometido construir una corbeta ultramoderna para la flota ucraniana. El país se mantiene en el límite de los dos frentes, con la habilidad de un acróbata. Al fin y al cabo, Moscú y Ankara se necesitan demasiado, no sólo en el Mar Negro, sino también en Siria y el Cáucaso, como para dejar que otras naciones y otras situaciones se interpongan entre ellos. Como argumenta Unal, Turquía es un miembro atípico de la OTAN, no es Luxemburgo ni Bélgica, y siempre mantiene una línea política autónoma. "'Incluso durante la Guerra Fría', explica el profesor turco, 'tuvo una relación privilegiada con los soviéticos'.

Las buenas relaciones de Turquía con los contendientes rusos y ucranianos podrían brindar a Ankara la posibilidad de mediar entre ambos, favoreciendo sus propios intereses. De hecho, los turcos ya están sugiriendo a Moscú que reconozca la autonomía de Crimea, al menos en cierta medida, y simultáneamente, que Rusia proceda al reconocimiento de la república turca en el norte de Chipre. Con esta medida se impediría que la isla unificada se convirtiera algún día en miembro de la OTAN, una posibilidad que provocaría fastidio a los rusos.

Por su parte, Ucrania difícilmente reaccione a los acuerdos ruso-turcos, ya que necesita el apoyo de Turquía para entrar en la OTAN. Ankara ha aceptado formar parte de la "Plataforma de Crimea", una iniciativa diplomática de Volodímir Zelenski, que se inaugurará el 23 de agosto de 2021. Con ella, el presidente ucraniano pretende reunificar Crimea con Ucrania llegando a un acuerdo con los rusos; el entendimiento incluiría la protección de los derechos de los tártaros de Crimea.

El objetivo de los ucranianos es repasar la "verdadera historia" de la península ante la comunidad internacional, y dar cuenta de que el territorio ha estado en poder de los tártaros, los griegos, los turcos e incluso los genoveses. Zelenski desafía a Putin para que exponga su versión de la historia, con el presidente turco Erdogan de fondo, como árbitro de la disputa.