Crecen las tensiones sectarias entre el grupo chií y las tribus árabes suníes del sur del país. El ataque desató enfrentamientos que solo pudieron ser aplacados con la intervención del ejército.
Beirut (AsiaNews/Agencias) - Ayer, en la ciudad costera de Jaldé, dos hombres armados, que no pudieron ser identificados, mataron a dos personas en el funeral de Ali Chebli, un afiliado de Hezbolá. El grupo chií informó del hecho, añadiendo que se trató de una emboscada planificada. Tras el incidente se produjeron enfrentamientos que habrían culminado con cuatro muertos, según informaron los medios locales. Tras la intervención del ejército libanés, se restableció la calma en horas de la noche.
El enfrentamiento se inscribe en una serie de tensiones sectarias entre Hezbolá (pro iraní) y las tribus suníes que viven en la ciudad, al sur de la capital. Ali Chebli fue asesinado el 31 de julio mientras participaba de una boda. El asesino quería vengar la muerte de su hermano de 15 años, Hassan Ghosn, ocurrida un año atrás por mano de Chebli. Según la familia del agresor, Chebli nunca fue juzgado porque contaba con la protección de Hezbolá.
Las tensiones entre la agrupación chií y las tribus suníes estallaron luego de que las banderas de Hezbolá ondearan durante la festividad de la Ashura. Pocos días después, algunos miembros de las tribus asaltaron un centro dirigido por Chebli. Prometieron pacificar la situación si él abandonaba Jaldé para nunca regresar.
Según L'Orient-Le Jour, el convoy que transportaba los restos de Ali Chebli fue atacado por miembros de las tribus árabes suníes cuando salía del hospital de al-Rassoul al-A'azam en dirección a Jaldé. La oficina de prensa de Hezbolá confirmó la muerte de dos personas, entre ellas el cuñado de Chebli, e insistió en que se trataba de un funeral "no partidista, sino familiar". Las tribus suníes emitieron un comunicado en el que advierten que no desean verse arrastradas a un enfrentamiento armado, pero culpaban a Hezbolá de la violencia y de fomentar las tensiones sectarias.