Biskek: el ex presidente Akaev vuelve del exilio
de Vladimir Rozanskij

Había huido del país en 2005 tras la "Revolución de los Tulipanes". Akaev está implicado en el escándalo de Kumtor, el "Watergate kirguiso". El actual jefe de Estado, Zaparov, juega la carta de la reconciliación nacional para golpear a sus adversarios políticos.


Moscú (AsiaNews) - El primer presidente de Kirguistán regresó a su patria tras 16 años de exilio. Acompañado por su hijo Ilim, Askar Akaev, de 74 años, aterrizó el 2 de agosto en el aeropuerto de Biskek a bordo de un vuelo procedente de Moscú, donde el político logró llegar a un acuerdo con el actual jefe de Estado Sadyr Zaparov.

A su llegada a la capital kirguisa, la policía anunció que "Akaev fue interrogado por miembros del Comité de Seguridad Nacional [GKNB]", en relación con la causa penal que tiene como implicado a la empresa minera "Kumtor", dedicada a la extracción de oro. Más tarde, según publica Nezavisimaja Gazeta, el ex líder kirguiso fue recibido en la residencia presidencial de Ala-Arča para un solemne almuerzo de bienvenida.

El ex presidente estaba a punto de tomar unas vacaciones en Suiza junto a su familia, cuando recibió la invitación de Zaparov. El mandatario le pidió que viajara a su patria, garantizando su integridad y libertad, en vista de las acusaciones que lo tienen como implicado. En diálogo con los periodistas, el mismo Akaev declaró: “vine para ayudar, y para contar lo que sé sobre el caso Kumtor”, y agradeció al presidente Zaparov por su invitación a regresar a Kirguistán luego de muchos años de exilio. 

Akaev fue el primer presidente de Kirguizia, la república que posteriormente pasó a llamarse Kirguistán. Estaba al mando del gobierno local cuando se produjo el colapso de la URSS. Fue reelegido varias veces y permaneció en el cargo hasta 2005, cuando huyó a Rusia tras la "Revolución de los Tulipanes". Desde entonces, el país atraviesa continuos disturbios y situaciones de agitación política. Zaparov pretende devolver al país a la normalidad mediante reformas profundas. El regreso del histórico presidente tiene, por tanto, una función clara: la reconciliación histórica de las distintas almas de la nación.

El caso Kumtor se remonta a 1992. En aquella época, las autoridades judiciales investigaron a Akaev y a otros funcionarios del Estado por corrupción, quienes fueron acusados de falsificar contratos para la extracción de oro. El asunto se prolongó hasta el 2003, con varios cargos de acusación nuevos y revisiones de la causa.

Kumtor es la mayor empresa minera de oro de Kirguistán y su actividad aporta el 10% del PIB nacional. Akaev la había vendido a la sociedad canadiense "Cameco", pero Zaparov la estatizó nuevamente. El regreso de Akaev fue acordado con el Kremlin y tiene como objetivo específico aclarar de una vez por todas las numerosas facetas oscuras del asunto Kumtor, tratando de evitar consecuencias negativas para la economía y la política nacional.

Los periodistas se refieren al caso Kumtor como "el Watergate kirguiso". Se espera que tras la visita de Akaev empiecen a rodar muchas cabezas importantes de la nomenklatura kirguisa, lo que permitirá a Zaparov demostrar al pueblo su éxito en la lucha contra la corrupción. Muchos opositores políticos quieren vengarse del actual presidente, y están obstaculizando sus acciones de diversas maneras, especialmente con el apoyo de los distintos oligarcas y empresarios.

Kirguizia fue una de las primeras repúblicas post-soviéticas en entrar a la Organización Mundial del Comercio. Cosechó varios reconocimientos internacionales por el éxito logrado en la transición del totalitarismo a un sistema democrático. Akaev fue el impulsor de reformas muy importantes en la economía de mercado, las finanzas y la distribución de la tierra. Además, se le atribuye el mérito de haber evitado el derramamiento de sangre durante la revuelta del 2005, que culminó con su alejamiento del poder y su huida al exterior. El regreso de Akaev cierra el círculo de la historia post-soviética de Kirguistán. Zaparov ahora pretende inaugurar una nueva página de la historia gracias a la reconciliación con el primer “padre de la nación independiente”, algo que los presidentes anteriores no pudieron lograr.