Kuala Lumpur, renunció el primer ministro Muhyiddin Yassin
de Steve Suwannarat

Fracasó el último intento de obtener el respaldo de ambos partidos. El jefe de gobierno de Malasia presentó su renuncia al rey, que había dispuesto la reapertura del parlamento. Fue decisiva la falta a apoyo del Umno - partido que dirigió el país durante 60 años - pero también la mala gestión de la pandemia.


Kuala Lumpur (AsiaNews) - El gobierno malasio encabezado por Muhyiddin Yassin presentó la renuncia. Esta mañana el primer ministro convocó a una reunión de gabinete antes de presentarse ante el soberano Abdullah Ri'ayatuddin, quien aceptó la dimisión designando al mismo Muhyiddin Yassin como primer ministro interino.

La crisis política de Malasia comenzó hace tiempo, pero se ha intensificado este último mes, poniendo en evidencia no solo la fragilidad de la coalición gobernante sino también de la política de Malasia en general, debilitada por la necesidad de equilibrar demasiados factores. También expone el conflicto entre el gobierno político y la autoridad del soberano, a quien la Constitución adjudica una función de control generalmente poco tolerada o tenida en cuenta.

El desencadenante de esta enésima crisis que pone fin a un ejecutivo en funciones desde el 1 de marzo de 2020, fue la pérdida del apoyo de numerosos diputados del United Malays National Organisation (UMNO), que desde la independencia del país y durante sesenta años ha sido, en la práctica, el árbitro del país pero ahora se encuentra muy reducido y obligado a participar en una frágil coalición de gobierno. Esa pérdida hizo desaparecer la estrecha mayoría de la coalición gobernante, desencadenando una crisis que el primer ministro se negó a reconocer.

Primero intentó evitar la reapertura del parlamento para una sesión extraordinaria solicitada por el rey para este mes de agosto; como no pudo conseguirlo, decidió poner en juego su legitimidad para gobernar, pidiendo la confianza del parlamento. Fue una medida desesperada. El viernes, en un discurso por televisión, pidió un voto bipartidista favorable. Pero el principal partido de la oposición, Pakatan Harapan, respondió exigiendo su renuncia inmediata, puesto que había admitido que no podía contar con el apoyo de la mayoría de los diputados de la Cámara baja.

Muhyiddin, que es presidente de Bersatu, el principal partido de la coalición gobernante, volvió a recibir un "no" del Umno, que en un comunicado lo calificó como "persona que ya no goza de legitimidad" y tachó su aparente disposición al diálogo de "abierto intento de corrupción".

La mala gestión de la pandemia pesó sobre el fin del gobierno de Muhyiddin, pero también su debilidad básica como primer ministro de compromiso. En un país debilitado por la crisis de la pandemia, con 1,5 millones de contagios sobre 32 millones de habitantes y 12.500 muertos, no ayudó haber emprendido un rumbo de colisión con el soberano, quien ha reivindicado su autoridad tanto legal como moral.