Dos jesuitas indios atrapados en Kabul: 'Un caos inimaginable. Gracias por sus oraciones'.
de Nirmala Carvalho

El padre Jerome Sequeira, director del Jesuit Refugee Service, ha suspendido todas sus actividades: "Estamos bien. Los talibanes vendrán a buscarnos cuando hayan tomado el control total del sistema, tienen las listas de todas las organizaciones". El padre Robert Rodrigues se encuentra todavía en Bamiyán, en la región central. Los Jesuitas de Asia Meridional están en contacto con agencias de la ONU para evacuarlos.


Nueva Delhi (AsiaNews) - Los dos jesuitas indios que desempeñan su ministerio en el país como operadores humanitarios con el Jesuit Refugee Service están bien, pero siguen atrapados en Afganistán. El padre Jerome Sequeira vive en Afganistán desde 2006 y comunicó su situación en un mensaje a sus amigos que fue reproducido por la agencia de noticias MattersIndia.

“Gracias - escribe el P. Jerome - por sus constantes oraciones. La forma en que está cambiando la situación en el país va más allá de lo imaginable: nunca había visto un colapso del sistema como este en 15 años”. Dice que ayer trató de tomar un vuelo a la India, pero se vio obligado a volver a su casa. Agrega que está "a salvo".

También se encuentra en Afganistán el padre Robert Rodrigues, quien no ha podido salir de Bamiyán, en la región central del país. En su carta el padre Sequeira explica que la noche del 15 de agosto el padre Rodrigues estaba en el aeropuerto esperando un vuelo de Naciones Unidas para trasladarse a Kabul. Un viaje de apenas 25 minutos que no llegó a salir porque todo el personal abandonó repentinamente el aeropuerto. "Estamos tratando por todos los medios de sacarlo de Bamiyán con la ayuda de las agencias de la ONU", cuenta el padre Sequeira.

“Ambos están a salvo - comunica en una nota a los superiores locales el P. Stany D'Souza, presidente de la Conferencia de los Jesuita de Asia Meridional - estamos en contacto con ellos. Hemos formado una unidad de crisis con expertos internacionales. Nos reunimos regularmente para hacer un balance de la situación y ofrecer apoyo moral al padre Jerome y al padre Robert. Tomaremos todas las medidas necesarias para que regresen a la India lo antes posible”.

En su carta el padre Sequeira agrega que por el momento los talibanes están ocupados tomando las estructuras de gobierno. “No están amenazando a los civiles - prosigue - pero vendrán cuando hayan tomado el control total del sistema. Tienen las listas de todas las organizaciones y también los perfiles. En algunos lugares ya han ido a preguntar sobre el personal”.

Informa que el Jesuit Refugee Service ha suspendido por tiempo indefinido sus actividades en Afganistán: “Todos están encerrado en sus casas y comunidades. Los vuelos se han cancelado y dependemos de los acuerdos entre los organismos de la ONU y los talibanes. El personal del Jesuit Refugee Service está haciendo todo lo posible para evacuarnos a mí y al padre Robert".

Los jesuitas están en Afganistán desde 2004 para ayudar a la población a reconstruir el país, especialmente en el ámbito de la educación. Han formado a más de 300 profesores que atienden a más de 25.000 niños en cuatro provincias, con especial atención a los refugiados internos y otros grupos vulnerables. Entre las principales beneficiarias se encuentran las niñas, que hasta 2001 se encontraban severamente condicionadas por las prohibiciones de los talibanes.

El padre James Dabhi, jesuita del Centre for Culture and Development de Gujarat, cuenta a AsiaNews: “He trabajado con el P. Jerome desde 2009 hasta 2011. Yo enseñaba en la Universidad de Herat, él iba a las zonas más remotas. Todos esperamos que regrese sano y salvo”. Hace pocos días el padre Sequeira había confirmado su compromiso de "acompañar y dar esperanza a los que sufren en todo lo que podamos, mientras la incertidumbre y el nerviosismo se hacen cada vez más palpables".

Los jesuitas permanecieron en Afganistán incluso después de que el padre Alexis Prem Kumar fue secuestrado por presuntos talibanes el 2 de junio de 2014. Posteriormente fue liberado en febrero de 2015 gracias a la intervención del gobierno indio.