Bagdad se vuelca a China para el desarrollo de plantas de energía solar

El gobierno iraquí firmó un acuerdo inicial con el gigante chino PowerChina para construir una central de 2.000 megavatios. El país, segundo productor mundial de la OPEP, depende de las importaciones de Irán, que lidia con las sanciones estadounidenses. En 2020, quemó alrededor de 17.370 millones de metros cúbicos de gas.


Bagdad (AsiaNews/Agencias) - Irak firmó un primer acuerdo con el gigante PowerChina para la construcción de plantas de energía solar con una capacidad de 2.000 megavatios. Así lo anunció ayer una fuente oficial del gobierno de Bagdad, señalando que en la primera fase del proyecto, las plantas tendrán una capacidad de casi 750 megavatios, que será ampliada a futuro. 

Durante todo el año, el suministro de la red principal de energía de Irak sufre interrupciones,  que incluso pueden durar varias horas al día. El problema se agrava durante los meses de verano, cuando las temperaturas suelen alcanzar los 50 grados centígrados -especialmente en el sur- y los hogares tienen que recurrir a los acondicionadores de aire y a los ventiladores. 

Segundo productor mundial entre las naciones de la OPEP, Irak quiere reducir su dependencia de la energía eléctrica importada de Irán. Además, el gobierno de Bagdad recibe cada vez más presiones de Estados Unidos para que se libere de sus vínculos con Teherán, objeto de sanciones estadounidenses desde 2018 -introducidas por el entonces presidente Donald Trump. 

En todos estos años, las dos administraciones estadounidenses (republicana y demócrata) que se han sucedido en el poder han concedido exenciones a Irak para permitirle importar energía de la República Islámica. Se fijó como fecha límite el mes de diciembre, pero muchos reclaman una acción decisiva para poner fin a la escasez crónica que afecta la vida cotidiana de las familias y del sector productivo.

Según el Banco Mundial, en 2020 y por quinto año consecutivo, Irak fue la segunda nación con mayor consumo después de Rusia, quemando unos 17.370 millones de metros cúbicos de gas. Además, la crisis política (y la corrupción) que afecta al país ha obstaculizado varios proyectos a largo plazo destinados a desarrollar la extracción de gas. A esto se suma la continua influencia del vecino de Irán, que también ha determinado sus políticas energéticas, y los reiterados ataques a las líneas eléctricas y de alta tensión por parte del Estado Islámico y otros grupos fundamentalistas, incluidas las milicias próximas a Teherán.

Este año, el gobierno de Bagdad ha impulsado la energía sostenible, con la firma de contratos con TotalEnergies y Masdar, la división de energías renovables del fondo soberano de Abu Dabi, Mubadala Investment Company. El acuerdo con Masdar incluye el desarrollo de proyectos de energía solar con una capacidad total de unos 2 gigavatios. Esto ayudaría a alcanzar el objetivo de generar hasta un 20/25% de su energía a partir de fuentes renovables (equivalente a 12 gigavatios para el año 2030). Actualmente, la importación de energía también es objeto de negociaciones con Jordania, Turquía, Arabia Saudita y otros países del Consejo de Cooperación del Golfo.