Colapso del sistema de salud. Caritas Líbano se moviliza para conseguir medicamentos
de Dario Salvi

Hoy y mañana está prevista la visita del director general de la OMS para responder a una crisis "de una complejidad sin precedentes". En agosto, decenas de pacientes oncológicos se manifestaron frente a la sede de la ONU. Padre Abboud: el problema de fondo es la "corrupción", un país "saqueado" por la clase política. Manter las esperanzas y fomentar la solidaridad.

 


Beirut (AsiaNews) - En el Líbano "no hay medicamentos" y muchos "llaman a las puertas de Caritas" en busca de ayuda, sobre todo de medicamentos que salvan la vida. “Hacemos todo lo que podemos”, para ayudarlos, incluso a través de canales en el exterior “pero es una empresa difícil” porque “son muy caros”. La situación de la salud en la tierra de los cedros ha alcanzado niveles "dramáticos", explica a AsiaNews el padre Michel Abboud, presidente de Caritas Líbano, quien a través de los medios de comunicación y las redes sociales ha lanzado "un llamamiento para pidir ayuda". Hay personas que dependen de los respiradores, continúa, “que mueren porque las máquinas se detienen por los cortes de luz. Historias dramáticas que no se conocen, pero que nos cuentan los familiares”.

Ya hace tiempo que en el Líbano se vive una escasez crónica de medicamentos y la gente muere esperándolos. La crisis de las existencias se suma a la situación catastrófica de los hospitales, porque todo el sistema está colapsado. “Muchas drogas no llegan - confirma el padre Abboud - e incluso si llegan, no están a la venta o tienen precios exorbitantes. Muchas personas con enfermedades crónicas recurren a Caritas en busca de medicamentos contra la hipertensión o la diabetes. Los que necesitan quimioterapia y los pacientes oncológicos mueren esperando atención y ni siquiera se pueden encontrar las vacunas básicas para los niños”.

Hay casos de personas que cruzan la frontera con Turquía, pero aún así el obstáculo del precio, a menudo imposible de afrontar, termina con las últimas esperanzas. “Cada vez se ven más personas que llegan al Líbano desde el exterior - continúa el presidente de Caritas - con maletas llenas de medicamentos para familiares y amigos. Todavía no conocemos las dimensiones exactas del fenómeno ni cuántos libaneses han muerto por falta de atención. Nosotros hemos intentado hacer una investigación por nuestra cuenta, para evaluar las variaciones en la tasa de mortalidad. Mientras tanto, tratamos de hacer hacer todo lo posible, proporcionando paneles solares o baterías para mantener en funcionamiento las máquinas de oxígeno”.

Hoy y mañana tendrá lugar la visita oficial de dos días del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, y del responsable del Mediterráneo Oriental, Ahmed Al Mandhari. La agenda incluye reuniones con las principales instituciones y una parada en el Central Drug Warehouse, destruido en la dramática explosión en el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020. La OMS habla de "crisis de una complejidad sin precedentes" con "graves repercusiones en el sistema nacional de salud” y, de manera más general, en “la salud misma de las personas”, con una población “ya muy vulnerable”.

El Líbano vive una de las peores crisis económicas de los últimos 150 años, como resultado de décadas de corrupción y mala gestión de una clase política que ha acumulado deudas y poco o nada ha hecho para fomentar la producción nacional. El país depende en gran medida de las importaciones, que resultan insostenibles porque la moneda local ha perdido el 90% de su valor desde 2019 y las reservas del banco central están agotadas. En agosto, decenas de pacientes oncológicos se manifestaron frente a la sede de la ONU en Beirut para pedir ayuda internacional.

“Todo se debe a la corrupción - confirma el padre Abboud - porque el Líbano no es un país pobre sino un país saqueado por una clase política y dirigente que lo ha empobrecido. El covid y la explosión en el puerto son grandes tragedias, pero las causas principales hay que buscarlas en otra parte". El nuevo gobierno que se anunció la semana pasada "es una fuente de esperanza", pero hay que juzgarlo con la prueba de los hechos y esperar que pueda "cambiar algo" o por lo menos "detener" la caída al abismo. Mientras tanto, Caritas ha puesto en marcha varias iniciativas, desde la búsqueda de medicamentos hasta la atención médica para los más necesitados. “Vamos a las aldeas - dice - con médicos egipcios para realizar operaciones de cataratas gratuitas. Más de cien en poco tiempo, pero hay miles de pedidos y gente que espera la intervención desde hace dos años”. El sacerdote hace por último un llamamiento: "Tenemos que mantenernos firmes, estar unidos y conservar la esperanza - concluye - para que un día podamos dejar atrás esta crisis".