Líderes talibanes en la mira del Estado Islámico

Después del atentado contra el aeropuerto de Kabul, Isis-K perpetró ataques dinamiteros en Jalalabad. La cúpula de los talibanes está dividida sobre el grado de peligrosidad de Daesh, que puede desplegar entre 2 y 3 mil milicianos (contra 100 mil soldados talibanes). Estados Unidos, China, Rusia y Pakistán están presionando a los nuevos gobernantes afganos.

 


Kabul (AsiaNews / Agencias) - Poco más de un mes después de su regreso al poder, los talibanes se enfrentan a la creciente amenaza de Isis-K, el brazo afgano del Estado Islámico (Daesh) que opera entre Siria e Irak. El grupo terrorista ha apuntado contra algunos miembros destacados del nuevo gobierno con tácticas de guerrilla urbana que previamente habían utilizado los mismos talibanes. Los "estudiantes de Dios" las usaron para atacar personalidades y políticos del gobierno apoyado por la comunidad internacional hasta la retirada de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN en agosto de este año.

El golpe contra el aeropuerto de Kabul, que se llevó a cabo mientras los gobiernos extranjeros evacuaban a su personal junto con miles de colaboradores afganos y sus familias, demostró la capacidad de ataque del ISIS-K. Los militantes fundamentalistas repitieron su hazaña en los últimos días con una serie de ataques dinamiteros en Jalalabad.

Zabihullah Mujahid, portavoz del gobierno talibán, restó importancia al peligro que representa la rama local de Daesh. Según Reuters, los comandantes talibanes sobre el terreno dieron la voz de alarma. Isis-K no tiene suficientes hombres y recursos para conquistar partes de territorio, pero de todos modos constituye una amenaza.

Los talibanes han afirmado reiteradamente que bajo su régimen Afganistán no volverá a ser un santuario para grupos terroristas como Isis y al-Qaeda. Muchos analistas se muestran escépticos, a pesar de que los datos de Naciones Unidas hablan de un enfrentamiento desigual entre los talibanes y las tropas de Daesh (100 mil contra 2-3 mil hombres).

Después de discutir ayer con sus homólogos de China, Rusia y Pakistán, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó que existe unidad de propósito para ejercer presión sobre los talibanes, sobre todo para impedir que Afganistán vuelva a ser una base de grupos terroristas.