El gobierno bielorruso defiende a los sacerdotes católicos
de Vladimir Rozanskij

Pidió al periódico estatal Minskaya Pravda que impida la publicación de artículos satíricos contra la Iglesia católica. Intervino el nuncio apostólico en Minsk, monseñor Ante Jozič. Los sacerdotes, pintados como colaboracionistas nazis. La memoria de los mártires de Rositsa, mancillada.


Moscú (AsiaNews) - El Ministerio de Información bielorruso pidió a la redacción del periódico estatal Minskaya Pravda que tome medidas para evitar la publicación de material similar a la reciente sátira y crítica violenta contra la Iglesia católica. El 7 de septiembre, el periódico había colocado en su portada una ilustración con una caricatura mordaz de sacerdotes católicos, retratados como colaboracionistas del nazismo. La imagen aparecía junto a un artículo titulado "La mutación de la fe, las cruces pueden ser variadas", en el que el símbolo cristiano era sustituido por una esvástica.

El Ministerio presentó su solicitud el primero de octubre. La dirección de Minskaja Pravda ha asegurado que cumplirá todas las recomendaciones, según informa el sitio web BelaPAN. "La redacción mantuvo una reunión con los responsables de la administración regional, en la que se ultimaron las medidas necesarias para evitar otros casos similares", dice la nota. El ministerio también señaló que el artículo en cuestión fue analizado junto con expertos de la Comisión de Asuntos Religiosos y Nacionalidades, según los cuales "tal publicación, en nuestra opinión unánime, no permite preservar la armonía interconfesional y la paz en nuestro país".

Luego de las protestas de los obispos católicos bielorrusos y la intervención del nuncio apostólico en Minsk, Mons. Ante Jozič, un grupo de ciudadanos pidió al gobierno que interviniera. La petición afirmaba que "tales publicaciones dirigidas contra representantes del clero son inaceptables, ofensivas y preocupantes no solo para los sacerdotes católicos, sino para todo el pueblo bielorruso". Según los peticionarios, el hecho de "que aparezcan cosas de este tipo en un medio de información estatal nos parece un intento de incitar a la hostilidad religiosa contra la Iglesia católica y sus fieles".

Los autores de la petición exigen que se constate la violación de las normas sobre libertad de conciencia y de asociación religiosa, así como el delito previsto en el artículo 130 del Código Penal bielorruso, que habla de "incitación al odio y al conflicto racial, nacional y religioso". Este delito también está contemplado en el Convenio de Seguridad Nacional de la República de Bielorrusia.

La caricatura representaba principalmente a los sacerdotes Jurij Kašira y Antonij Leščevič. Ambos fueron brutalmente asesinados por los nazis en la masacre de Rositsa en 1943 por negarse a abandonar a sus feligreses. Situada en la aldea de Rositsa, en la región de Vitebsk, la iglesia de la Trinidad sigue siendo hoy un lugar de peregrinación. En aquella época, los nazis llevaron a cabo una acción de demostración contra los partisanos que se escondían en los alrededores: para aislar una zona de más de 40 kilómetros cuadrados, quemaron 300 árboles en la frontera entre Bielorrusia y Rusia y destruyeron poblados.

Las tropas alemanas reunieron a los habitantes de Rositsa en la iglesia: allí esperaron durante cinco días el "veredicto" del tribunal nazi. En ese lapso, recibieron el apoyo de dos sacerdotes locales, los únicos que podían entrar y salir de la iglesia y llevar comida a los fieles, así como consuelo espiritual. Los ocupantes nazis enviaron a los jóvenes a los campos de concentración, y luego quemaron vivos a los ancianos, los enfermos, los niños y las mujeres embarazadas en los establos frente a la iglesia. Los sacerdotes podrían haberse salvado, pero decidieron morir junto con los feligreses. En la masacre de Rositsa murieron 1.528 personas.

Los padres Jurij y Antonij fueron canonizados en 1999 como mártires. Los peregrinos acuden al lugar dos veces al año: en febrero, para el aniversario de la masacre, y en agosto para las fiestas patronales. Allí se inclinan ante la gran cruz erigida en memoria de los caídos. Por todo ello, el insulto a la cruz en el periódico estatal resulta muy doloroso para la memoria de los católicos.