Islamabad, los talibanes y la necesidad de estabilidad
de Alessandra De Poli

Experto Muhammad Amir Rana: "Los principales objetivos de Pakistán son protegerse de la India y fomentar las inversiones chinas en infraestructura. Para ello, el gobierno de Imran Khan está buscando un acuerdo con los TTP, pero las negociaciones de los últimos días no conducirán a nada concreto". Desde julio hasta mediados de septiembre hubo 55 atentados contra las fuerzas de seguridad paquistaníes con más de 149 muertos.

 


Islamabad (AsiaNews) - "Tarde o temprano Estados Unidos tendrá que reconocer al gobierno talibán de Afganistán", afirmó hace pocos días el primer ministro de Pakistán Imran Khan en una entrevista con la emisora ​​turca TRT World, a raíz de declaraciones anteriores a CNN en las que afirmaba que el camino de la paz en la región pasa por el diálogo con los talibanes.

Dicho y hecho: hace unos días Islamabad firmó un acuerdo de alto el fuego con Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), los talibanes de Pakistán. El acuerdo se concreta después de que a mediados de septiembre el presidente de Pakistán, Arif Alv, y su Ministerio de Relaciones Exteriores, Shah Mahmood Qureshi, prometieron amnistía a los terroristas que depongan las armas y abandonen la ideología extremista que pretende crear un emirato en Pakistán.

"La visión del gobierno paquistaní es demasiado optimista", dijo a AsiaNews desde Islamabad Muhammad Amir Rana, director del centro independiente de expertos Pak Institute for Peace Studies (PIPS). “Son negociaciones directas entre algunos grupos de TTP y representantes del gobierno. Pero la visión de Imran Khan es simplista: el gobierno piensa que ofreciendo a los talibanes un lugar en el gobierno habrá pacificación, pero esa estrategia ya ha fracasado en el pasado”. “La sociedad civil también está en contra de las negociaciones -continúa el experto- porque lo considera un insulto a todas las personas que perdieron la vida en los atentados”.

Khan pidió a los talibanes paquistaníes que depongan las armas, pero después de la entrevista del primer ministro con TRT, ellos instaron a sus combatientes a continuar con los ataques: quieren la aplicación de la sharia y la liberación de los prisioneros. Desde julio hasta mediados de septiembre, el PIPS registró 55 ataques contra las fuerzas de seguridad paquistaníes. En los seis meses anteriores, los TTP habían reivindicado 53. Solo en septiembre mataron a 149 miembros de las fuerzas del orden en las áreas tribales en el límite con Afganistán, pero, señala Rana, "en las negociaciones no participaron expertos en seguridad ni funcionarios militares que operan en estas zonas".

Los TTP nacieron en diciembre de 2007 de la fusión de grupos tribales armados, y en su mayoría huyeron a Afganistán en 2014 después de una violenta represión armada de Islamabad. "Imran Khan piensa que los TTP solo son un conjunto de movimientos religiosos, cuando en realidad tienen múltiples conexiones con sus primos afganos: no solo ideológicos, sino también étnicos, tribales e históricos", explica el investigador. "Y ahora los TTP tienen aspiraciones políticas sobre las regiones tribales de la frontera". La frontera es porosa y los talibanes la consideran una línea divisoria temporal. "La línea Durand se trazó para separar Afganistán de la India británica, pero muchos grupos extremistas, entre ellos el TTP, no la reconocen", continúa el director de PIPS. “Con la paz en Afganistán, Pakistán espera conseguir en las negociaciones que esta frontera sea permanente. Hay un tímido optimismo, pero es poco probable que ocurra”. En estas zonas, que los pastunes consideran parte de su territorio, fue donde se planearon los ataques del 11 de septiembre y es aquí donde el TTP quiere fundar otro Emirato después del de Kabul.

El gobierno de Pakistán también teme la inestabilidad por otra razón: la India. “La estrategia a largo plazo siempre ha sido buscar protección contra potenciales ataques de Delhi. Pakistán teme que la India golpee al país por la espalda y fomente grupos separatistas con este propósito", explica Rana, quien ha escrito varios libros sobre terrorismo. “Por esa razón Pakistán quiere tener fronteras seguras. Imran Khan considera que un gobierno estable en Afganistán reduciría al mínimo la interferencia india. Entonces, aunque Imran Khan no apoye ideológicamente al nuevo gobierno de Kabul, quiere que los talibanes consoliden su poder para salvaguardar sus propios intereses estratégicos. En este contexto, paradójicamente, los TTP se consideran el mal menor”.

Pero Pakistán también busca estabilidad para alentar "proyectos transnacionales de infraestructura en la región" y seguir atrayendo inversiones al país, especialmente chinas. Tanto Islamabad como Beijing responsabilizaron a los TTP de un ataque en el distrito de Kohistan en el que murieron 9 ingenieros chinos que estaban trabajando en un proyecto hidroeléctrico. El Corredor Económico China-Pakistán es un conjunto de proyectos de infraestructura que comenzó en 2013 por un valor de 62.000 millones de dólares. “China no quiere intervenir directamente, busca la estabilidad mínima para seguir haciendo negocios”. Imran Khan espera que el hecho de tener un papel político en la región también conduzca a una recuperación económica que Islamabad necesita desesperadamente. Pero “no está dicho que eso ocurra”, concluye Rana.