La sequía y el calor hunden la producción. Teherán importa una cantidad récord de trigo

Para cubrir la demanda interna, Irán compró ocho millones de toneladas de trigo en el mercado internacional. La operación, si bien es necesaria, pesará sobre las arcas del Estado por el precio de las materias primas y el coste del transporte. El PIB cae, la inflación aumenta y la economía se hunde bajo el impacto de las sanciones estadounidenses.


Teherán (AsiaNews) - Para compensar el déficit de producción provocado por las altas temperaturas y la escasez de lluvias, Irán ha tenido que recurrir al exterior: este año adquirió ocho millones de toneladas de trigo en el extranjero, una cifra récord. Si bien la operación es necesaria para satisfacer las necesidades de la población, afectará las arcas y el presupuesto del Estado, porque coincide con un pico histórico mundial en el precio de las materias primas y el coste del transporte internacional.

El volumen de grano se utilizará para llenar las reservas del Estado antes de marzo del año próximo, lo que permitirá satisfacer las necesidades nacionales. Una cantidad que sitúa a Irán en el quinto puesto mundial de la clasificación de naciones importadoras para 2021/22,  detrás de Egipto, Indonesia, China y Turquía. En los últimos cinco años, las compras de trigo rondaron el promedio anual de un millón de toneladas. Dado que el país perdió el 30% de la producción debido a la peor sequía de los últimos 50 años, se produjo un excedente de importaciones, según fuentes del sector. 

Entrevistado por Reuters, Kaveh Zargaran, presidente de la Asociación Iraní de Proveedores de Cereales, confirmó el volumen récord de importaciones, con "dos millones de toneladas ya descargadas en los puertos del país". Ferial Mostofi, del Centro de Consultoría y Servicios de la Cámara de Comercio, añade que la producción de este año se sitúa en torno a los 10 millones de toneladas -muy por debajo de los 15 millones, el objetivo mínimo. De ahí la decisión de las últimas semanas de comprar 240.000 toneladas de trigo a Rusia.

La cuestión de la compra de cereales se inscribe en un marco de profundas dificultades para la economía iraní, hundida por las sanciones de Estados Unidos por el programa nuclear de Teherán. A esto se suma la crisis provocada por la pandemia del Covid-19. EE.UU. dice que las sanciones económicas y comerciales no impactan en los alimentos y los medicamentos. Sin embargo, obtener financiamiento o llevar a buen puerto el comercio con Occidente resulta difícil, cuando no imposible, por la cautela de los bancos y operadores internacionales. "La escasez de divisas está causando graves daños", afirma una fuente institucional, que asegura que el país está soportando "una altísima presión".

En tanto, se desploma la moneda local: el rial hoy se cotiza a 270.000 frente al dólar, una cifra muy superior a los 32.000 del 2015, cuando se firmó el acuerdo internacional en materia nuclear (JCPOA). La suba del dólar ha diezmado los salarios y los ahorros de los iraníes. La inflación trepó al 45%, alcanzado su nivel más alto desde 1994, y los precios de los alimentos han subido alrededor de un 60%. 

Los analistas y expertos subrayan que las causas de la crisis son múltiples y se superponen. Entre ellas figuran el hundimiento de la economía, las múltiples interrupciones de la cadena de suministro por la emergencia sanitaria mundial y el constante descenso de la producción nacional. Entre 2017 y 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) cayó casi un 60%, y el director de la Cámara de Comercio iraní, Gholamhossein Shafeie advierte sobre el grave panorama futuro para la República Islámica. Los más perjudicados son las familias y los pequeños ahorristas, que se encuentran con una moneda cada vez más débil y se ven obligados a renunciar a alimentos que antes se consideraban básicos. Según la oficina nacional de estadísticas, el precio de la leche, el yogur y los huevos ha subido alrededor de un 80% en el último año. Las verduras y la carne subieron un 70% y los alimentos básicos, como el pan y el arroz, más del 50%.