El Patriarca maronita pide que se libere al poder judicial de la 'injerencia' política
de Fady Noun

En la homilía de ayer el Card. Beshara Raï expresó una "firme condena" de los violentos enfrentamientos del 14 de octubre. Cristianos y musulmanes deben conocer "la esencia y los valores" de la fe del otro, para preservar la vida en común. Condenó a los que toman de rehén a la nación (léase Hezbolá) para lograr sus intereses particulares. El metropolitano Audi pide que se "restaure" la autoridad del Estado.

 


Beirut (AsiaNews) - Con respecto a los gravísimos enfrentamientos ocurridos hace pocos días en la plaza Tayyouné de Beirut que dejaron un saldo de siete muertos y 32 heridos, el patriarca maronita Card. Beshara Raï expresó una "firme condena" en la homilía de la misa que celebró ayer, y ofreció sus condolencias a las familias de las víctimas. Sensible a la dimensión confesional de los disturbios, el patriarca afirmó: “La juventud libanesa no está hecha para la guerra, sino para la fraternidad […]. Los jóvenes cristianos están invitados a conocer la verdad del Islam, su fe y sus valores, y los jóvenes musulmanes están invitados a conocer la verdadera esencia del cristianismo, su fe y sus valores. La convivencia es la esencia del alma del Líbano, su característica peculiar y su misión, su esencia es la diversidad cultural y religiosa en la unidad”.

Se refirió luego al levantamiento pacífico del 17 de octubre de 2019, que se caracterizó por la aspiración a superar las diferencias confesionales y comunitarias y que en aquel momento había contado con su apoyo. "Hagamos más fácil - dijo - que los jóvenes cristianos y musulmanes del Líbano experimenten la alegría de vivir y hacer realidad sus sueños […] según un espíritu de ciudadanía”. Invitó entonces a los libaneses, y especialmente a las generaciones más jóvenes, a permanecer fieles a una revuelta pacífica de conciencias que en sus comienzos fue "transparente, pacífica, civilizada y unida", y a mostrar su deseo de cambio en las urnas, en las próximas elecciones políticas previstas para mayo de 2022.

En respuesta a los hechos ocurridos en la plaza de Tayyouné, el patriarca afirmó el régimen democrático del Líbano, subrayando que es con los "medios pacíficos" que ofrece la democracia como los libaneses deben expresar sus opiniones. "Ningún partido puede recurrir a las amenazas y la violencia o construir barricadas partidistas o de clanes en la vía pública, para lograr sus objetivos por medio de la fuerza" agregó luego, en clara referencia a la manifestación masiva que organizó Hezbolá el pasado 14 de octubre para exigir que se excluyera al juez Tarek Bitar. El magistrado está a cargo de la investigación que debe esclarecer el espinoso expediente sobre la doble explosión en el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020, que provocó 220 muertos, más de 3 mil heridos y devastó barrios enteros de la capital.

"Liberemos al Poder Judicial de cualquier injerencia política, sectaria o partidista, respetemos su independencia de acuerdo con el principio de división de poderes y corrijamos lo que se debe corregir por la vía judicial", dijo el patriarca. Agregó luego que "la confianza depositada en el sistema judicial actúa como punto de referencia para la confianza que el mundo - países donantes, FMI o Banco Mundial - deposita en el Estado libanés".

El cardenal Raï invitó al gobierno a unirse "para consolidar la autoridad del Estado" y subrayó también el papel fundamental del ejército libanés para preservar la seguridad. Rechazó asimismo con fuerza "la intervención de cualquier otra fuerza que viole la paz civil en el país", en una crítica no demasiado velada al arsenal en manos de Hezbolá.

Afirmando que comparte el punto de vista del jefe de Estado Michel Aoun, quien después de los hechos de violencia del 14 de octubre se dirigió al país para condenar cualquier intento de "tomar al país como rehén para afirmar intereses o cuentas partidistas", el patriarca maronita insistió por último en que "el gobierno debe unirse para consolidar la autoridad del Estado y tomar las decisiones que necesita la nación". A su juicio, "todos los ministros deben respetar la autoridad del Estado y asumir sus responsabilidades en nombre del pueblo libanés y no en nombre de terceros poderosos", en una evidente crítica a los ministros chiítas que parecen decididos a boicotear las reuniones del ejecutivo hasta que haya tomado una posición clara contra el juez Tarek Bitar.

Por su parte, el metropolitano de Beirut Elias Audi, cuya palabra es autoridad en los círculos greco ortodoxos, invitó a los mandatarios a "restaurar e imponer la autoridad del Estado" para que el país alcance una "verdadera independencia". El prelado denunció los dramáticos enfrentamientos del jueves que recordaron a los libaneses el comienzo de la guerra civil, destacando que "no están dispuestos a reanudarla". "No hay vida ni futuro para una nación si no hay justicia ni si aplica la ley", concluyó, advirtiendo que "la verdadera justicia consiste en aplicar la ley a todos por igual, sin discriminación".