Riad, religioso disidente muere en prisión tras ser torturado

La víctima es el intelectual Musa al-Qarni, de 66 años. Murió a causa de las graves heridas sufridas tras recibir golpes en la cara y en la cabeza con objetos punzantes, que le provocaron varias fracturas de cráneo. En 2018 sufrió un infarto, pero jamás recibió atención médica adecuada. Las autoridades penitenciarias lo tachaban de enfermo mental.


Riad (AsiaNews) - El erudito disidente y líder religioso saudí Musa al-Qarni murió como consecuencia de las graves heridas sufridas mientras era torturado en la cárcel. Es la acusación de algunas asociaciones pro derechos humanos, que aseguran que el hombre fue víctima de violecia, golpes y tremendos maltratos en las cárceles del país. La muerte del religioso de 66 años se produjo el 12 de octubre mientras se encontraba en su celda a pesar de su precario estado de salud, tras ser condenado a 15 años por las autoridades. 

Según Alqst, una ONG independiente que promueve los derechos humanos en el reino wahabí, Qarni fue golpeado violentamente en la cara y la cabeza con objetos punzantes, y las lesiones y los golpes, incluyendo varias fracturas de cráneo, terminaron provocándole la muerte. El informe cita numerosos testimonios de personas que, tras el anonimato, confirman que vieron cómo torturaban al líder religioso en su celda. 

“Solicitamos una investigación independiente sobre este crimen, con carácter de urgencia", dicen los activistas, "tanto para garantizar el justo castigo de los responsables como para proteger a otros prisioneros de conciencia, para que no ocurran nuevas tragedias de este tipo". Según Alqst, Qarni (en la foto) sufrió un infarto en mayo de 2018, pero el personal sanitario de la prisión cometió una mala praxis en el tratamiento médico. El hombre luego fue trasladado a un hospital psiquiátrico en un intento de presentarlo como un enfermo mental.

El académico disidente había sido detenido en 2007 y condenado a 15 años de prisión en 2011, durante un megaproceso contra los "reformistas de Yedá". El grupo se disolvió en 2007 por orden de la justicia, con detenciones y condenas judiciales, acusado de querer derrocar al gobierno saudí. En 2012, los miembros recibieron la libertad condicional o el indulto real, tras firmar una carta en la que pedían perdón y agradecían el acto de clemencia. Sin embargo, seis miembros del grupo se negaron a firmar la propuesta, y el Ministerio Público reiteró su petición de pena de muerte para los reos.

A pesar de las reformas impulsadas por el príncipe heredero Mohammed bin Salman (MBS) -que a través de la economía intenta borrar un pasado de extremismo, sharia y pena de muerte todavía vigentes- el reino saudí sigue encabezando la lista de naciones que violan los derechos humanos. Riad sigue encarcelando a activistas, pacifistas e intelectuales y aplica la pena de muerte con decapitación para delitos que van desde el tráfico de drogas hasta la homosexualidad. De hecho, aunque aboga por una mayor apertura de la economía y el turismo, el propio Bin Salman ha intensificado la represión de la disidencia política interna y del activismo pacífico.