La Junta birmana rechaza el informe de la ONU sobre derechos humanos

Los militares lo definen como una “incitación a la violencia” en el país. Las Naciones Unidas manifiestan su preocupación por el reciente desplazamiento de tropas en el norte y noroeste de Myanmar, donde se registran enfrentamientos con las milicias étnicas. Los abogados de Aung San Suu Kyi tienen prohibido hacer declaraciones.


Rangún (AsiaNews/Agencias) - Una “instigación a la violencia”. Así define la Junta militar de la ex Birmania el último reporte de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en el país. El 22 de octubre, la ONU expresó su temor de que la situación de los derechos humanos pueda agravarse aún más, tras constatar que miles de tropas se desplazaron hacia el norte y el noroeste del país, donde se registran enfrentamientos con las milicias étnicas. 

Según el enviado especial para Myanmar, Tom Andrews, esta táctica recuerda la que fuera utilizada antes de la represión contra los rohinyás en 2016 y 2017. La Junta militar ayer acusó a la ONU de utilizar los derechos humanos “como un instrumento político para intervenir en los asuntos internos de Myanmar”. Una declaración del ministerio de Relaciones Exteriores dijo que el reporte “solo conducirá a mayores divisiones internas” y “favorecerá la violencia”. 

Desde el golpe de Estado del primero de febrero, el país se precipitó en el caos. Los militares no logran neutralizar a la oposición antigolpista y las milicias populares combaten contra las tropas del Tatmadaw, el ejército birmano. 

Ayer, la Junta militar dijo también que desde el pasado mes de febrero, ya murieron 70 militares y 93 policías, pero los analistas subrayan que el ejército tiende a minimizar sus bajas. Según Assistance Association for Political Prisoners, los militares y mataron a casi 1.200 civiles y arrestaron a más de 7.000 personas.

En las últimas semanas, la presión internacional contra la Junta birmana ha ido en aumento. El general Min Aung Hlaing fue excluido de una cumbre de la Asociación de Naciones del sudeste asiático (ASEAN) y no está claro si habrá un delegado a-político en representación del país. 

En tanto, la ex líder Aung San Suu Kyi sigue en prisión. Hace pocos días, la Junta prohibió a los letrados de la ex mandataria hablar o hacer declaraciones a la prensa, a diplomáticos u organizaciones internacionales.