Christina Kheng: las Iglesias de Asia y la sinodalidad
de Giorgio Bernardelli

Laica de Singapur, profesora de Liderazgo pastoral en el East Asian Pastoral Institute de Manila, fue convocada por el Papa para formar parte de la Comisión metodológica que acompaña los trabajos del Sínodo: "Sueño para mi continente una Iglesia más misionera, menos temerosa y con laicos corresponsables de su camino”.

 


Roma (AsiaNews) - Acortar la distancia entre la jerarquía y los laicos en la Iglesia, superando también rigideces culturales propias Asia. Y aprovechar la oportunidad del Sínodo para elaborar una nueva manera de vivir las responsabilidades dentro de la Iglesia, conjugando el liderazgo y la escucha de la voz de todos, son las expectativas con respecto al Sínodo de la profesora Christina Kheng, laica de Singapur que fue convocada por el Papa Francisco para trabajar en la Comisión Metodológica, uno de los cuatro grupos de la secretaría del Sínodo que están acompañando el camino de dos años iniciado el 10 de octubre. Profesora de Liderazgo pastoral en el East Asian Institute de Manila, colabora desde hace años en la formación con numerosas Iglesias del continente. En esta entrevista concedida a AsiaNews cuenta cómo está viviendo ese compromiso y qué pasos puede ayudar a dar el camino sinodal en las Iglesias de Asia.

¿Cuál es su función en la Comisión Metodológica del Sínodo?

"La Comisión Metodológica está llamada a acompañar el proceso sinodal tanto en las Iglesias locales como en la asamblea sinodal. Ayudamos a traducir la teología de la sinodalidad a la vida concreta de las comunidades, acogiendo la voz del Espíritu y escuchándonos unos a otros. Nuestra primera tarea fue contribuir a la redacción del Vademécum que se publicó al comienzo. Cuando lo leyeron, algunas personas nos dijeron: este documento tiene un tono diferente, muy abierto al diálogo y flexible. No dice: hagan esto, sino que alienta la creatividad. Bien, yo creo que ésa es nuestra tarea”.

Usted es profesora de "Liderazgo pastoral": ¿qué significa eso?

“Vivir el propio ministerio de una manera que sea al mismo tiempo eficaz y arraigada en el evangelio. Hoy en día, aprender a gestionar la operatividad y las organizaciones requiere un enfoque interdisciplinario, que conjugue la fe católica y el enfoque secular de las ciencias sobre el management".

¿Qué dificultades se encuentran en este desafío?

“Muchas veces los que dirigen una organización en la Iglesia terminan adoptando el modelo que más se usa en las empresas. Pero es un error, porque muchas veces contradice la manera de ver las cosas del Evangelio: nuestra mirada sobre el hombre no se basa solo en el aquí y ahora, también es espiritual, nos pide que miremos a la persona como un misterio y no solo como la fuerza de trabajo dentro de un engranaje. Muchas veces los agentes de pastoral son personas muy espirituales, rezan profundamente; pero cuando se encuentran dirigiendo su propia organización es como si se olvidaran de la fe y el Evangelio, y solo utilizan el modelo empresarial de gestión. Debemos aprender a integrar ambos aspectos. Y cuando lo hayamos hecho, también tendremos algo para ofrecer a los manager laicos. Porque la paradoja de hoy es que muchas empresas están hablando de responsabilidad social, comprenden que hay algo que falta en su modelo ... ”.

¿El itinerario sobre la sinodalidad puede ser una escuela en este sentido?

"Absolutamente. El hecho de que se proponga involucrar a los marginados, el deseo de convergencia incluyendo la voz de todos, es algo importante. En todas las sociedades hoy vemos crecer la polarización, nos miramos como enemigos, hay menos tolerancia para aquellos que tienen puntos de vista diferentes. El proceso sinodal puede hacer mucho para elaborar un modelo que conjugue el liderazgo y el diálogo, una forma colaborativa de llevar a cabo la propia misión”.

¿Qué les dice el proceso sinodal a las Iglesias de Asia en particular?

"Las Iglesias de Asia deben mejorar el diálogo interno. Por razones culturales - pero a veces también por una manera muy tradicional de vivir la Iglesia - hay poca corresponsabilidad de los laicos. Aunque van a misa mucho más que en Europa, en la mayoría de los casos piensan que ser católico acaba ahí, esperan que los pastores les digan lo que tienen que hacer. Eso debe cambiar. Tiene que haber más colaboración. Pero el clero y los religiosos en Asia también deben cambiar, ayudando para que todos hagan oír su voz. Será importante que en el encuentro continental hacia el Sínodo también estén presentes los cristianos de a pie, no solo obispos, sacerdotes, religiosos y laicos con un rol definido. Será importante que haya espacio para los que vienen de las regiones más olvidadas, para los pobres, para los jóvenes”.

En Asia, los cristianos son una pequeña minoría en casi todas partes: ¿la escucha a la que llama el Papa involucrará también a hombres y mujeres de otras religiones?

"Sin duda. Aunque técnicamente el camino sinodal es un camino de escucha del pueblo de Dios, hacer un discernimiento significa escuchar todas las voces de la sociedad. No podemos excluir a los pobres, a los marginados, a las otras religiones, ni siquiera a la voz de la creación que hoy está gritando. El sensum fidei del pueblo de Dios nace de aquí: no es decir lo que yo pienso, sino escuchar la Palabra de Dios y el mundo que nos rodea para leer los signos de los tiempos”.

Asia está viviendo este camino mientras todavía se encuentra profundamente marcada por la pandemia.

“En muchos países las misas todavía se transmiten por internet; sólo cuando estuve en Roma pude participar en forma presencial después de tantos meses. Por supuesto, una misa en línea es mejor que nada, pero debemos multiplicar nuestros esfuerzos para que la gente pueda volver a reunirse, incluso si eso requiere el esfuerzo de cumplir procedimientos complejos. Además, la pandemia ha tenido un efecto profundo en la religiosidad: ha planteado interrogantes sobre el sentido de la vida. Si la comunidad de fe no ayuda a dar respuestas, muchos perderán el interés o buscarán otros caminos”.

¿Dónde sueña encontrar las Iglesias de Asia al concluir este Sínodo?

“Sueño con una Iglesia sinodal, más viva en su dimensión misionera. Muchos de nuestros países hoy están creciendo económicamente, de manera muy rápida pero sin equidad, destruyendo el medio ambiente, con mucha gente que pierde sus valores, con los jóvenes abandonados. La Iglesia de Asia no puede simplemente asustarse por todo eso,  quedarse con la etiqueta de comunidad perseguida. Debe encontrar el camino para el diálogo dentro de estas sociedades viviendo su misión. Y estoy convencida de que la corresponsabilidad, al acortar la distancia entre jerarquía y laicos, puede ayudar mucho en este sentido”.