Custodio de Tierra Santa: después del Covid, peregrinos para redescubrir la confianza y la esperanza
de Dario Salvi

Después de los grupos, los visitantes individuales también podrán ingresar a Israel siguiendo un estricto protocolo sanitario. A partir del 6 de noviembre será posible pernoctar en Belén. Fray Patton: hemos superando la emergencia, el virus sigue estando pero hoy es "manejable". El turismo religioso es un elemento esencial para la economía local, sobre todo de los cristianos.

 


Jerusalén (AsiaNews) - La pandemia del Covid-19 ha hecho aún más evidente que "la vida es una peregrinación" y dentro de ese camino "debemos redescubrir el valor de la confianza, de la esperanza" que va “más allá de la muerte", señaló a AsiaNews el Custodio de Tierra Santa, fray Francisco Patton, quien invitó a "superar la lógica" de la emergencia para "convivir" con el coronavirus, que en este momento ya parece más un "pretexto" para paralizar el mundo. El religioso observa que ”hayun lugar que, más que ningún otro, nos exhorta a superar el miedo, y es el Santo Sepulcro. Hoy, mientras recordamos a nuestros muertos, podemos descubrir que no hay antídoto más fuerte que Cristo resucitado”.

Tras más de un año y medio de cierres y restricciones a los ingresos, sin turistas ni peregrinos en Tierra Santa, ayer por la mañana el Estado judío volvió a abrir sus fronteras a los viajeros individuales (vacunados), mientras avanza rápidamente con la tercera dosis de vacunación contra el covid -19. Un regreso esperado por comerciantes y pequeños empresarios de Jerusalén y de Belén - en Palestina - donde las autoridades israelíes ya permiten pernoctar a los peregrinos.

En los últimos meses, explica el Custodio de Tierra Santa, "hemos registrado un pequeño volumen de turismo interno", pero lo que ha cambiado desde ayer es la posibilidad "no solo para los grupos, sino también para los particulares, de entrar con visa de turista". Por supuesto, respetando estrictas reglas sobre vacunación, hisopados moleculares que se realizarán antes de salir y al llegar, así como una serie de pautas de higiene pública. “Esperamos - subraya - poder ver en noviembre una recuperación gradual”, que se consolidará en diciembre con “la llegada de un mayor número de peregrinos”. 

A partir del 6 de noviembre también será posible pernoctar en Belén, añade Fray Patton, una realidad que “ha sufrido más que otras” en esta época de pandemia. Los cristianos de la ciudad "viven del producto del turismo religioso”, sobre todo "los hoteleros, los guías y los restaurantes" así como los que producen "pequeñas artesanías, desde rosarios hasta pesebres". Este tiempo sin ingresos ni alivios “ha sido dificilísimo". Y eso "vale también, no debemos ocultarlo, para cuidar cerca de setenta santuarios con sus correspondientes gastos de mantenimiento y cero ingresos".

Sin embargo, "no podemos vivir prisioneros del miedo", sobre todo en esta época histórica en la que "no queremos morir por un virus pero autorizamos la muerte por ley" con la eutanasia. “Tengo información - confirma - sobre cientos de grupos que esperan luz verde en Italia, España, Estados Unidos y México. Muchas agencias se están contactando con nosotros porque están listas para comenzar”.

Antes de la emergencia sanitaria el número de peregrinos crecía constantemente: “De 80 mil de Estados Unidos y 40 mil de Italia en 2016, había pasado a 160 mil y 80 mil en 2019; en tres años se había duplicado; luego los de Indonesia, que eran el quinto país en la reserva de misas en lugares de culto”. Para el Custodio, “las personas que recibieron la tercera dosis de la vacuna en agosto deben poder entrar y vivir una experiencia de fe, sin demasiadas limitaciones. Debemos dejar de razonar como lo hacíamos en marzo y abril de 2020, cuando la emergencia estaba empezando. El virus sigue aquí, pero no estamos en la misma situación y es manejable. Tenemos que cambiar de mentalidad, porque este virus se quedará para siempre”, pero eso no se aplica al uso del estado de emergencia.

Fray Patton señala el valor de los peregrinos como "elemento de equilibrio" en medio de tensiones religiosas, sociales y políticas: "Hacen que una población mayoritariamente judía y musulmana respire un aire diferente, y son radicalmente diferentes a los turistas, porque tienen un horizonte de fe que se abre mirando a Dios y a las personas que encuentran”.