Papa: las parroquias, escuelas y ambientes deportivos tienen el deber de proteger a los niños

"Jesús tiene predilección por las periferias", y "sigue manifestándose en las periferias geográficas y existenciales". Además, la Iglesia "sabe de su llamado a anunciar la buena noticia a partir de las periferias". Nuevo ciclo de catequesis dedicado a San José, que "recuerda a la Iglesia que debe fijar su mirada en lo que el mundo ignora deliberadamente".


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "Quienes tienen responsabilidades educativas en la familia, en la parroquia, en las escuelas y en los ambientes deportivos tienen el deber ineludible de proteger y respetar a los adolescentes y a los niños que les son confiados, porque es precisamente en esos lugares donde se producen la mayoría de estas situaciones". Con estas palabras, el Papa Francisco comentó hoy la iniciativa de la Conferencia Episcopal Italiana, que mañana celebrará la primera Jornada Nacional de Oración por las víctimas y sobrevivientes de abusos. Al final de la audiencia general, Francisco describió la jornada como "una ocasión para la reflexión, la toma de conciencia y la oración para sostener los caminos de recuperación humana y espiritual de las víctimas".

Previo a ello, en su discurso con ocasión de la audiencia general, Francisco afirmó que “Jesús tiene predilección por las periferias” y “sigue manifestándose en las periferias geográficas y existenciales”. Además, la Iglesia “sabe de su llamado a anunciar la buena noticias a partir de las periferias” tales eran Belén y Nazaret, donde Jesús eligió nacer y donde vivió José. A él, el "carpintero de Nazaret que confía en el proyecto de Dios para su joven esposa y para él mismo" y que "recuerda a la Iglesia que debe fijar su mirada en lo que el mundo ignora deliberadamente" el Papa Francisco le dedica el ciclo de catequesis de la audiencia general que comienza hoy.

El Papa se dirigió a las ocho mil personas presentes en el Aula Pablo VI, y les recordó en primer lugar que estamos en un año dedicado a San José. Han pasado 150 años desde aquel 8 de diciembre de 1870, cuando el beato Pío IX proclamó a San José patrono de la Iglesia universal. "Él nos recuerda a cada uno de nosotros que debemos dar importancia a lo que otros descartan. En este sentido, es un verdadero maestro de lo esencial: nos recuerda que lo realmente valioso no llama nuestra atención, sino que requiere un paciente discernimiento para ser descubierto y valorado." "Hoy, más que nunca, en esta época marcada por una crisis global con diferentes componentes, (San José) puede servirnos de apoyo, consuelo y guía. Por eso he decidido dedicarle un ciclo de catequesis, que espero nos ayude a dejarnos iluminar por su ejemplo y su testimonio".

Francisco explicó que el nombre José, en hebreo, significa "Dios acrecienta, Dios hace crecer". "Es un deseo, una bendición basada en la confianza en la providencia de Dios y que se refiere especialmente a la fecundidad y a la crianza de los hijos. De hecho, este mismo nombre nos revela un aspecto esencial de la personalidad de José de Nazaret. Es un hombre lleno de fe en Dios, en su providencia. Cada una de sus acciones que relata el Evangelio, viene dictada por la certeza de que Dios 'hace crecer', 'aumenta', 'suma', es decir, que Dios provee para llevar adelante su plan de salvación".

Y el hecho de que "el Hijo de Dios no eligiera Jerusalén como lugar de su encarnación, sino Belén y Nazaret, dos pueblos periféricos, alejados del clamor de las noticias y del poder de la época", nos dice que "Dios tiene predilección por la periferia y la marginalidad". "No tomar en serio esta realidad equivale a no tomar en serio el Evangelio y la obra de Dios, que sigue manifestándose en las periferias geográficas y existenciales. Jesús va especialmente en busca de los pecadores, entra en sus casas, les habla, los llama a la conversión. Pero también va a buscar a los que no han hecho el mal pero lo han sufrido: los enfermos, los hambrientos, los pobres, los últimos".

En cuanto a José, "él nos recuerda a cada uno de nosotros que debemos dar importancia a lo que otros descartan. En este sentido, es un verdadero maestro de lo esencial: nos recuerda que lo realmente valioso no llama nuestra atención, sino que requiere un paciente discernimiento para ser descubierto y valorado. Pidámosle que interceda para que toda la Iglesia recupere esta perspicacia, esta capacidad de discernir y evaluar lo esencial. Volvamos a empezar desde Belén, volvamos a empezar desde Nazaret. Hoy quiero enviar un mensaje a todos los hombres y mujeres que viven en las periferias geográficas más olvidadas del mundo o que viven en situaciones de marginalidad existencial”. 

“Que ustedes puedan encontrar en San José el testigo y el protector al que mirar. Podemos dirigirnos a él con esta oración, una oración casera, una oración del corazón: San José, tú que siempre has confiado en Dios, y has tomado tus decisiones guiado por su providencia, enséñanos a no contar tanto con nuestros propios planes, sino con su plan de amor. Tú que vienes de las periferias, ayúdanos a cambiar nuestra mirada y a preferir lo que el mundo descarta y margina. Consuela a los que se sienten solos y apoya a los que trabajan en silencio para defender la vida y la dignidad humana".

En su saludo a los fieles árabes, Francisco añadió: "Pidamos a San José, que viene de las periferias, que nos ayude a convertir nuestra mirada y a preferir aquello que el mundo descarta y margina". Y ustedes que viven en las periferias geográficas más olvidadas del mundo o que experimentan situaciones de marginalidad existencial, que puedan encontrar en San José un testigo y  protector al que mirar".