Cuatro ciudades de Gujarat prohíben la comida ambulante no vegetariana
de Nirmala Carvalho

Hábitos alimentarios en la mira en el bastión de los fundamentalistas hindúes. "Obstruyen el tráfico y ofenden los sentimientos religiosos" sería la motivación oficial de la medida. El 71% de la población de la India consume alimentos no vegetarianos. Indian Social Institute: "Tratan de imponer una sola cultura, una sola religión y una sola ideología".

 


Ahmedabad (AsiaNews) - En Gujarat, el Estado indio del primer ministro nacionalista hindú Narendra Modi, algunas administraciones locales han promulgado ordenanzas que prohíben la preparación y exhibición pública de comida no vegetariana. La iniciativa fue adoptada por las cuatro ciudades de Ahmedabad, Rajkot, Vadodara y Bhavnagar, que decidieron prohibir en las calles principales las furgonetas que ofrecen comida no vegetariana. La razón que se aduce es que la vista de carne, pescado o huevos ofende los sentimientos religiosos. Además, la presencia de esos vehículos dificultaría el tráfico de la ciudad. Algunas ordenanzas dicen que la prohibición se mantendrá hasta que las estructuras estén "debidamente cubiertas".

En realidad, los habitantes de la India que siguen una dieta estrictamente vegetariana son una minoría. Una encuesta encargada por el gobierno de Nueva Delhi en 2014 estimaba que los no vegetarianos son el 71% de la población. En cuanto al tráfico, los fundamentalistas hindúes lo utilizan cada vez más como pretexto contra otras minorías religiosas. En estos días en Gurugram, Haryana (otro Estado gobernado por nacionalistas del BJP) ha sido el argumento para prohibir las oraciones de los viernes a algunos grupos musulmanes.

Benjamin Bara, investigador del Indian Social Institute de Delhi, comentó a AsiaNews: "El artículo 21 de la Constitución india afirma la libertad personal y el artículo 301 la libertad de comercio. Se puede obligar a que retiren las furgonetas de comida ambulante si violan algún protocolo o si la calidad de los alimentos pone en peligro la salud de los ciudadanos. Pero eliminar a todos los que ofrecen comida no vegetariana pone en riesgo a las personas que se ganan la vida de esa manera, además de privar a la ciudad de un servicio”.

El padre Vincent Ekka S.J., que también pertenece al Indian Social Institute, añadió: “Viola un derecho humano fundamental, el de la supervivencia de aquellos que se ganan la vida de esa manera. Por otro lado, solo apunta a un grupo particular de personas para limitar la venta y el consumo de alimentos no vegetarianos. En un escenario multicultural como el indio, atacar los hábitos alimentarios forma parte de un discurso más amplio que pretende imponer una sola cultura, una sola religión y una sola ideología. Y eso es muy peligroso para la democracia india”.