Beijing castigará a las empresas taiwanesas que apoyen la independencia de Taipéi

Las empresas de Taiwán que financien a grupos y personalidades separatistas serán castigadas "como marca la ley", afirma el gobierno chino. Las compañías presentes en China serán el objetivo. La multinacional taiwanesa Far Eastern Group parece ser la primera víctima. Alta tensión: los buques de guerra estadounidenses siguen atravesando el estrecho de Taiwán.


Beijing (AsiaNews) –  La batalla de la China comunista contra los "secesionistas acérrimos" de Taiwán parece extenderse a las empresas de la isla que operan en territorio chino. Anoche, la Oficina China encargada de los Asuntos de Taiwán dijo que las empresas que tengan lazos con los que sostienen la independencia de Taipei, incluyendo a sus financiadores, serán "castigadas como marca la ley".

La declaración de la vocera Zhu Fenglian fue una respuesta indirecta a una pregunta precisa de la prensa: si las recientes multas impuestas a un importante conglomerado taiwanés, por una serie de infracciones en China, estaban relacionadas con la inclusión en la lista negra de personalidades taiwanesas acusadas de separatismo. El gobierno chino hizo pública la lista a principios de noviembre: los que figuran en ella no pueden entrar en China, ni siquiera a través de Hong Kong y Macao. Entre las figuras de Taipéi sancionadas están el primer ministro Su Tseng-chang, el ministro de Asuntos Exteriores Joseph Wu y el presidente del Yuan Legislativo (el parlamento de la isla), You Si-kun.

Para China, Taiwán es una "provincia rebelde" y nunca ha descartado reconquistarla por la fuerza. La isla es independiente de facto de Beijing desde 1949, cuando los nacionalistas de Chiang Kai-shek se refugiaron allí tras perder la guerra civil en el continente frente a los comunistas. Ello la convierte en heredera de la República de China fundada en 1912.

Según un reciente sondeo realizado por encargo del Consejo taiwanés de Asuntos con China, el 84,9% de los encuestados dijo que quería que se mantuviera el "statu quo"; el 1,6% se inclinaba por la reunificación con Beijing y el 6,8% está a favor de la independencia. Cabe señalar que para la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen, la isla ya es un Estado independiente.

Zhu afirmó que Beijing "acoge y apoya" las inversiones de las empresas taiwanesas y "seguirá protegiendo sus derechos". La vocera china añadió, sin embargo, que China "no permitirá de ninguna manera que quienes promueven la independencia [de Taipéi] o destruyen las relaciones entre las dos orillas del estrecho hagan dinero en la madre patria".

La multinacional taiwanesa Far Eastern Group está en la mira de Beijing. Dos de sus filiales con operaciones en Shanghai, Jiangsu, Jiangxi, Hubei y Sichuan tienen que pagar sanciones por un total de 88,6 millones de yuanes (12,3 millones de euros). Según las autoridades chinas, Far Eastern New Century y Asia Cement, que operan en los sectores textil y de la construcción, infringieron varias normativas locales sobre medio ambiente, impuestos, salud del personal, uso del suelo, seguridad de las instalaciones y normas contra incendios.

Según informan los medios taiwaneses, desde 2012 Far Eastern Group ha realizado donaciones a políticos taiwaneses de la mayoría y de la oposición en las elecciones presidenciales y legislativas, incluidos los del frente independentista. Su contribución ascendió a 133,4 millones de dólares taiwaneses (4,3 millones de euros), lo que la convierte en el mayor financiador privado durante este periodo. El primer ministro Su también fue uno de los beneficiarios: recibió dinero durante su campaña de 2018 para la alcaldía de New Taipei City.

Además de ejercer presiones económicas y políticas, China lleva tiempo intensificando sus actividades militares -aéreas y navales- en los alrededores de la isla. Ayer, un buque de guerra estadounidense realizó su décimo paso por el estrecho de Taiwán desde que comenzó el año. Ello supondrá un nuevo motivo de irritación para Beijing. El 21 de octubre, Joe Biden afirmó que, en caso de un ataque chino, Estados Unidos defendería a Taipéi. Con esta declaración, Washington parece alejarse de su tradicional postura de "ambigüedad estratégica" respecto a la posibilidad de responder a una agresión china contra Taiwán.