Mascara, un profesor quiere imponer el velo: los alumnos (y padres) se rebelan
de Kamel Abderrahmani

El director también tomó partido en contra del profesor de ciencias islámicas y afirmó que había superado los límites de sus funciones. La pretensión de imponer una manera de vestir es inapropiada y pone en tela de juicio los criterios de la educación nacional. El profesor fue suspendido pero recibió el apoyo de grupos extremistas y radicales.


Argel (AsiaNews) - La escuela, pública o privada, no deben ser ideológica, pero los fundamentalistas islámicos piensan lo contrario. En otras palabras, la sharia (ley islámica) debe ser la fuente principal de todas las enseñanzas: de todos los comportamientos, de la manera de vestir de los estudiantes, sobre todo de las niñas, y también de los hábitos alimentarios.

En Argelia, un país donde las ciencias islámicas se enseñan en escuelas, colegios secundarios e institutos superiores, los planes de estudio escolares son establecidos por pedagogos designados por el Estado. Esto se debe a la importancia de la religión musulmana para la población y a la sensibilidad de ciertos temas que, en algunos casos, no solo podrían ser fuente de perturbación, como ocurre con algunas leyes islámicas, sino que podrían radicalizar a los estudiantes, privándolos de su humanidad y convirtiéndolos en potenciales terroristas ideológicos. En otras palabras, como los programas son tan espinosos, su implementación corre el riesgo de complicarse demasiado, sobre todo si un docente se aleja de los objetivos propios del ámbito educativo para convertirse en ideólogo y asumir la actitud de predicador.

En la ciudad de Mascara, 350 km al sur de la capital, un profesor de ciencias islámicas ha desatado una violenta polémica por la actitud que adoptó con sus propios alumnos. Todo comenzó cuando algunos padres informaron a la dirección del instituto que el profesor en cuestión estaba violando las normas que regulan la educación nacional, excediéndose en sus funciones al pretender determinar la manera de vestir de las alumnas. Consideraban que la interferencia de este profesor en la forma de vestir de los alumnos no sólo era inapropiada sino que llegaba incluso a cuestionar la fiabilidad de las normas internas de la institución y la educación impartida por los padres. Hay que tener en cuenta que la interferencia significa que “nos entrometemos en algo que no nos concierne y que participamos fuertemente en la reflexión, para orientar la decisión”.

Cuando el director del instituto envió un informe al departamento de educación de la "wilaya" (unidad administrativa territorial), esta decidió suspender al docente de su cargo, lo que provocó la violenta reacción de algunos internautas argelinos. La medida era excesivamente severa y desproporcionada para algunos usuarios de la red social - pertenecientes sin duda a facciones extremistas argelinas - que se solidarizaron con el docente, sobre todo porque en su propia página de Facebook el profesor se mantuvo firme en sus propias posiciones: "Solo he pedido a mis alumnos que se vistan de manera decente".

¿Hay algo de malo en que un profesor pida que sus alumnos vistan de manera decente? Es importante señalar que todas las escuelas del mundo tienen un reglamento interno que exige una vestimenta apropiada y que la dirección de la escuela debe hacerlo respetar. Por otra parte, un docente es responsable, como funcionario del Estado, de la enseñanza que imparte, y por lo tanto tiene el compromiso moral de ser neutral. En el mismo video dice que discutió con director del instituto porque le pidió que no fuera a trabajar vistiendo el "qamis" (túnica larga característica de la vestimenta masculina islámica). El maestro no dudó en desafiar al director y siguió yendo vestido de esa manera, mientras el director sigue permitiendo el ingreso de alumnos “impuros”, que no usan velo ni visten la ropa tradicional islámica.

Estas declaraciones en las redes sociales no pasaron desapercibidas. En un video colgado en la página web oficial de la institución, el director decidió hacer pública una historia, que se estaba volviendo más complicada de lo previsto y planteaba serias sospechas sobre el profesor. Quedó claro que, por "atuendo decente", este último en realidad se refería al "velo islámico", que de ninguna manera se exige a las profesoras o estudiantes en las escuelas argelinas.

El director considera que el maestro ha excedido con creces las prerrogativas de su función, no solo pidiendo a las alumnas que usen el velo sino también distribuyendo un odioso folleto sobre los orígenes de los bereberes en Argelia. "¿Qué tiene que ver - se pregunta el director - el origen de los bereberes con los cursos de ciencias islámicas?". Por último, identifica otro problema grave: presuntamente el docente habría acosado a las alumnas y se dispone a emprender acciones legales contra ellas. Ante esa actitud inaceptable y una situación que estaba asumiendo proporciones cada vez mayores, los padres decidieron intervenir para evitar que todo esto perturbara a los alumnos. Se presentaron en el despacho del director para declarar que ellos eran los únicos responsables legales de los niños y responsables de su educación, muy al contrario de lo que daba a entender la actitud del profesor.