Gwadar: Miles de personas bloquean el puerto emblemático de la Belt and Road

Exigen poner fin a la presencia de grandes pesqueros chinos que acaban con la pesca artesanal, base de la economía local. Beijing se lleva el 91% de los ingresos portuarios. Peligran las inversiones chinas. Reclaman planes sociales y redistributivos como solución a la crisis.


Beijing (AsiaNews) –Una protesta masiva bloquea la ciudad paquistaní de Gwadar desde hace un mes. Allí opera un puerto construido con fondos chinos de la Belt and Road Initiative. Lanzada en 2013 por Xi Jinping, la Belt and Road (o "Nueva Ruta de la Seda") es un megaproyecto de infraestructuras con el que Beijing pretende convertirse en el centro y eje del comercio mundial.

En los planes del gigante chino y de Islamabad, el puerto de Gwadar debiera ser casi un emblema del CPEC, el corredor económico entre Xinjiang, en el noroeste de China, y la costa del Baluchistán pakistaní en el mar Arábigo. Se trata de una red de carreteras, puertos, aeropuertos, ferrocarriles, oleoductos y gasoductos, líneas de fibra óptica y plantas industriales. En los papeles, es un proyecto valuado en 50.000 millones de dólares. Sin embargo, después de ocho años, los chinos sólo lo han ejecutado parcialmente.

Quien conduce las manifestaciones en Gwadar es un político local, Maulana Hidayat ur Rehman. Miles de personas, en su mayoría mujeres, acampan en la entrada del puerto local controlado por China. Los manifestantes exigen poner fin a la pesca de arrastre de grandes barcos en alta mar. Los pequeños pescadores locales están furiosos por la continua presencia de barcos chinos en las aguas de Gwadar. También exigen la eliminación de los controles de carretera en la ciudad y la posibilidad de comerciar más libremente con el vecino Irán.

Jamás se habían visto protestas tan multitudinarias en Gwadar, y de tanta resonancia a nivel nacional. El primer ministro Imran Khan intervino diciendo que el gobierno apoyaría las legítimas demandas de los manifestantes. Khan prometió tomar medidas contra la pesca ilegal en las aguas afectadas. Rehman, secretario de la rama local del partido islamista Jamaat e Islami, amenazó con subir la apuesta si el gobierno no atiende todas las demandas de los manifestantes.

Según informa Nikkei Asia, el líder de la protesta cuestiona el reparto de los beneficios generados por las actividades portuarias: actualmente China se lleva el 91%; Rehman quiere que Pakistán obtenga el 98%. El gobierno pakistaní tacha de terrorista al "líder del pueblo" de Gwadar y ha congelado sus cuentas bancarias.

De momento, la inversión china en Gwadar no garantiza el rendimiento económico esperado. Debido a las protestas, las operaciones portuarias son mínimas, pero antes de la crisis la situación no era mucho mejor. Varios observadores concuerdan en que los acampes permanentes como el de Gwadar ponen en peligro la afluencia de nuevas inversiones chinas. Son recursos vitales para Pakistán, que atraviesa graves problemas económicos.

A ello se suma la constante amenaza armada de los separatistas baluchis y de los fundamentalistas islámicos, que suelen tener bajo la mira al personal chino y las instalaciones del CPEC en el país. Distintos observadores coinciden en que se trata de una situación tensa, que podría subsanarse con planes sociales y redistributivos serios, quizás con la participación de los chinos y, sobre todo, consultando a las poblaciones afectadas.