La ‘sagrada hipocresía’ del rapero islámico Maître Gims
de Kamel Abderrahmani

Tras huir de la dictadura de Mobutu, se convirtió al cristianismo en 2004. En sus mensajes, defiende enérgicamente su fe, pero en las letras y los vídeos de sus canciones - que facturan millones- abunda el uso del alcohol y las mujeres desnudas . Su invectiva sobre los deseos de "Feliz Año Nuevo" es más una cuestión de lucha política interna que una defensa de la religión.


París (AsiaNews) - Es de origen congoleño pero obtuvo la ciudadanía francesa tras huir de la dictadura de Mobutu. Tiene 35 años y en 2004 abandonó el cristianismo para convertirse al Islam. En sus mensajes defiende los ideales de la fe de Mahoma con un vigor casi "fanático", pero en sus vídeo clips -que han vendido millones de copias- el rapero y estrella del pop no desprecia los coches de alta velocidad, como tampoco el alcohol y las mujeres -que ciertamente no llevan burka ni chador. En los últimos días, Maître Gims volvió a ser noticia y desató una polémica política, por sus invectivas contra los deseos de "Feliz Año Nuevo". Según dice, este tipo de saludos no tienen nada de islámico porque son "convenciones ajenas, no nuestras". Un radical con fases alternas, que con sus comentarios destemplados parece hacer un guiño a la política doméstica más que a la religión. A continuación, una reflexión de nuestro experto en Islam, que vive en París:

 

Maître Gims, seudónimo de Gandhi Djuna, es el ejemplo perfecto de lo que yo llamo "santa hipocresía". Todos sus vídeos son famosos por elementos que entran en conflicto con sus creencias religiosas fundadas en el Islam. Sin embargo, no duda ni un momento en pedir a sus fans que no le deseen un Feliz Año Nuevo, porque está "prohibido por su religión".

"Por favor, déjenme en paz", dice, "con los 'Buen Año Nuevo' y 'Feliz Año Nuevo'. Saben muy bien que no soy así y que nunca he respondido a esos saludos. Sin embargo, no dejan de enviarme sus mensajes de 'Feliz Año Nuevo' durante todo enero y febrero". Además, dice, la gran mayoría de los que envían estos mensajes son los mismos "muslims" [musulmanes, ed], “creo que ya es hora de parar con esto”. “Mis queridos hermanos, ¿acaso estamos festejando esto porque los compañeros [del profeta, ed] están celebrando el Año Nuevo? No, mis chicos. Y por esta razón -añadió- les pido que paren con esto”. 

En el vídeo publicado en las redes sociales, también menciona a los compañeros de Mahoma, que al menos aparentemente le dieron ejemplo, y que "nunca han celebrado nada, excepto las dos festividades del Islam". Incluso va más allá y afirma que la celebración de los cumpleaños también estaría prohibida. Maître Gims debería saber que su creencia religiosa dice: "En verdad, los que deseen difundir el escándalo entre los creyentes tendrán un castigo doloroso en esta vida y en la otra". Alá sabe y ustedes no saben" [Surat An-Nûr (La Luz), 19]. 

Maître Gims reprende y amonesta a los creyentes más sencillos, ordenándoles que eviten las celebraciones y no participen en festejos de fin de año. Precisamente él, que se dedicó a difundir lo que su religión le obliga a evitar: difundir la bajeza. ¡Pero cuánta hipocresía! ¡Es el colmo! ¡Cuánta ignorancia! Aparentemente todo está permitido, lo único que cuenta es no hacer lo que hacen los "incrédulos". De modo que nos parece justo recordar a Gims que la música está prohibida en la práctica del Islam. Y si su fe es mayor que su ansia de riqueza, nuestros oídos deberían beneficiarse en 2022.

Hoy, frente a fenómenos o ejemplos como este, debemos cuestionar los orígenes esquizofrénicos del malestar islámico actual "porque entre el ideal de la religión, el rigor de las enseñanzas de Mahoma, la camisa de fuerza de las prohibiciones y la realidad vivida a través de la diversidad de las culturas, la aspiración de los individuos a la libertad y el choque provocado por el fanatismo, el despertar suele ser duro, incluso trágico".

La esquizofrenia está muy presente en muchos musulmanes, sobre todo en Occidente. Por esquizofrenia entiendo "el abismo que existe entre los textos sagrados de esta religión y la realidad de las culturas en las que esta ha proliferado". En perpetuo conflicto entre la letra y el espíritu, entre la tradición y la modernidad, entre el ideal de sus orígenes y su aplicación en el mundo actual".