La comunidad de Sabah regenera el bosque durante la pandemia

La cooperativa Kopel gestionaba una empresa de turismo sostenible. Con la crisis sanitaria, vio desaparecer sus visitantes. Decidió invertir todo en proyectos de reforestación. En los últimos 20 años, Malasia ha perdido una cuarta parte de su cubierta forestal.


Kuala Lumpur (AsiaNews/Agencias) –  A lo largo del río Kinabatangan, en el Borneo malasio, un grupo de hombres y mujeres se dedica a reforestar la región. Primero limpian la tierra con machetes y luego plantan miles de pequeños árboles, que cuidarán en los próximos años. El colectivo, formado exclusivamente por indígenas locales, forma parte de Kopel, una cooperativa que dirige una empresa de turismo sostenible en las cuatro aldeas de la provincia de Batu Puteh, en la región de Sabah.

"Cuando el trabajo se detuvo, me uní al equipo de reforestación para ayudar económicamente a mi familia", dijo Nurul Susanti Nasir a New Naratif. La mujer solía trabajar como empleada doméstica en casa de familias que estaban de vacaciones. "Me gusta más trabajar en el bosque, porque el trabajo de reforestación es más agradable". 

Tras muchos meses de pausa por el miedo al contagio y la falta de fondos generados por el turismo, los residentes de Batu Puteh volvieron a plantar árboles para reverdecer la selva. La región que rodea el Kinabatangan, el segundo río más largo del país, es rica en biodiversidad. Sin embargo, la provincia de Batu Puteh y la región de Sabah también están cubiertas de campos de aceite de palma. El aceite de palma de estas zonas representa el 6% de la producción mundial. Según datos de Global Forest Watch, entre 2001 y 2020 Malasia perdió una cuarta parte de su cubierta forestal, lo que equivale a 2 millones de hectáreas de bosque -o 809 Megatoneladas de dióxido de carbono, que es lo que se necesita para cargar unos 103 millones de smartphones.

En el mismo periodo, la región que rodea el río Kinabatangan perdió el 28% de sus árboles, es decir, 190.000 hectáreas de selva tropical. Como resultado, la población de orangutanes se redujo en casi un tercio.

Kopel intenta poner fin a esta situación. En 1995, el australiano Marti Vogel trabajó con la población local para que pudiera beneficiarse de los ingresos del turismo. Vogel había trabajado para varias agencias que llevaban turistas a Sabah y Sarawak. Sin embargo, con el tiempo, notó que nunca eran las comunidades locales las que se enriquecían.

En 1999, Kopel obtuvo financiación para lanzar su primer programa de reforestación. Desde entonces, se han replantado 350 hectáreas de bosque y se han creado corredores forestales que unen las zonas protegidas. Antes de la pandemia, Kopel recibía unos 6.000 visitantes al año. Luego, a causa del Covid-19, todo se paralizó. La plantilla de 40 personas se redujo a la mitad, a 20, y comenzaron a mermar los fondos para financiar el proyecto.

"Antes de la pandemia, nuestra actividad principal era el turismo y nuestro producto era la conservación", explicó Saidal bin Udin, responsable de Kopel, en diálogo con New Naratif. El programa de reforestación ha sobrevivido gracias a la colaboración con instituciones dedicadas a la investigación, que confían en la cooperativa por su vasta experiencia en el campo. Los investigadores controlan el crecimiento de los árboles para calcular la captación de carbono, pero es una tarea complicada y laboriosa, pues el carbono se capta del aire y bajo tierra.

Amaziasizamoria Jumail es investigador y trabaja en el Danau Girang Field Centre. Mide el tamaño de los árboles y cada seis meses coloca cestas para calcular la cantidad de hojas caídas y madera muerta. Toma muestras de suelo y las envía a la Universidad de Cardiff, donde se analizan para medir la captación de carbono. "Si un bosque es sano, secuestrará más carbono", dice Jumail. "Para nosotros, es muy importante trabajar con las comunidades, porque al fin y al cabo son personas que viven en esos bosques y conocen las especies mejor que nosotros. Y saben en qué tipo de bosque quieren vivir. A fin de cuentas, se trata de crear bosques sanos, lugares que sean beneficiosos para los animales, las personas y el carbono".