Pontianak, Mons. Agus pide a los sacerdotes que ayuden a los presos
de Mathias Hariyadi

En Indonesia el trabajo pastoral con los presos está en manos de los laicos y hay muy pocos religiosos. El arzobispo de Pontiak exhortó a los sacerdotes a acercarse a los presos católicos, a menudo involucrados en el narcotráfico. Padre Burrows: "Buscan consuelo espiritual y un amigo con quien hablar".

 


Pontianak (AsiaNews) - "Los presos católicos también son miembros de nuestra comunidad. Si aunque sea uno de ellos me invita a celebrar la Eucaristía en el centro de detención, iré a celebrar la Misa", dijo el arzobispo de Pontianak, monseñor Agustinus Agus, quien visitó varias cárceles de Kalimantan Occidental durante la época de Navidad.

El 11 de enero el prelado participó en un encuentro donde dialogó con decenas de exalumnos de teología de toda Indonesia. “Como obispo de esta enorme archidiócesis, mi intención personal es sencilla: exhorto a todos los sacerdotes a evitar la pereza y volcar nuestro cuidado y atención en los detenidos católicos, sobre todo cuando han cumplido su condena y salen en libertad con muy poca confianza”, dijo el arzobispo.

“La reticencia de los sacerdotes a visitar a los detenidos debido a la pandemia no es aceptable”, siguió diciendo. "Muchos agentes pastorales han mostrado su compasión, ¿por qué los sacerdotes siempre se mantienen a salvo?"

Muchos presos católicos son jóvenes detenidos por consumo o comercio de drogas. “La participación de nuestros jóvenes en este negocio sucio - dice Mons. Agus - nos preocupa mucho; por eso es importante y necesario que les dediquemos nuestra atención”.

El servicio pastoral con los presos es una actividad cada vez más rara en Indonesia y en la mayoría de los casos depende de la iniciativa personal de algunos laicos.

El padre Charles "Carolus" Burrows de Cilacap tiene acceso a la cárcel de máxima seguridad de Nusakambangan para celebrar misa con los presos el miércoles de la tercera semana de cada mes: "Siempre he tratado de mostrar simpatía y compasión incluso a los presos no cristianos Ellos también son bienvenidos a la comunidad”, dice a AsiaNews el sacerdote, misionero oblato de María Inmaculada.

“Ellos buscan en la Iglesia consuelo espiritual y un amigo con quien compartir libremente sus angustias y sus esperanzas”, explicó el p. Carolus. En Yogyakarta este trabajo lo hacía el padre Jan Weitjens, jesuita y profesor de Historia de la Iglesia en la facultad de teología, ya fallecido.