Beijing corre el riesgo de perder la guerra tecnológica con Washington
de Li Qiang

Para los investigadores de la Universidad de Beijing, Estados Unidos sigue estando a la cabeza en inteligencia artificial, tecnología de la información e industria aeroespacial. El desacoplamiento acarrea desventajas para ambas partes, pero mayor daño para China. Hasta el momento, Xi Jinping no ha reaccionado al boicot estadounidense a los gigantes chinos de alta tecnología.


Beijing (AsiaNews) - China corre el riesgo de perder la guerra tecnológica con Estados Unidos. Los investigadores del Instituto de Estudios Internacionales y Estratégicos de la Universidad de Beijing lanzaron la voz de alarma. En un estudio publicado el 30 de enero señalan que su país va a la zaga de EE. UU. en sectores estratégicos de alta tecnología, como la inteligencia artificial, las tecnologías de la información y la industria aeroespacial.

El "desacoplamiento" tecnológico que impuso Donald Trump -y de hecho fue confirmado por su sucesor Joe Biden- tendrá costos para ambas partes. Sin embargo, los académicos chinos consideran que será más dañino para Beijing que para Washington. La separación de alta tecnología ya es una realidad de facto para tecnologías clave, especialmente la inteligencia artificial y la producción de microchips. Aunque hasta ahora ha respetado los sectores que tienen un nivel tecnológico más bajo.

El conflicto de alta tecnología es parte integral del conflicto geopolítico entre las dos potencias. Estados Unidos no quiere que China utilice el conocimiento de las empresas estadounidenses para convertirse en una potencia tecnológica. Los expertos de la Universidad de Beijing señalan el éxito de Estados Unidos en la creación de una "alianza tecnológica de democracias" para aislar a China. Explican que por culpa de este "cártel" el gigante chino tiene problemas para importar componentes y tecnologías fundamentales para las industrias del sector, así como atraer talentos del exterior o formar a sus jóvenes en EE.UU.

Que Beijing está en apuros lo demuestra su escasa reacción a las medidas punitivas impuestas por el gobierno de EE. UU. a los gigantes tecnológicos chinos. Ya sucedió en junio de 2020, cuando la administración Trump designó formalmente a Huawei como una "amenaza para la seguridad nacional". Desde entonces, la empresa china no puede vender sus productos en EE. UU. ni puede hacer negocios con empresas estadounidenses. Además de esto, Washington ha impuesto un régimen de sanciones para las empresas extranjeras que venden tecnología - en particular microchips - a las empresas chinas prohibidas.

Lo mismo ocurrió la semana pasada con otro gigante chino de alta tecnología. Por espionaje y amenazas a la seguridad nacional, la Comisión Federal de Comunicaciones de EE. UU. ha decidido bloquear las actividades de China Unicom. En octubre, la misma prohibición se aplicó a China Telecom, sin que eso provocara una respuesta concreta (represalia) de Beijing.