Karachi, un árbol para la armonía entre las religiones y el cuidado de la creación
de Shafique Khokhar

Personalidades de diferentes religiones adhirieron a la iniciativa, promovida por Cáritas, por “un millón de árboles más”. El doble objetivo de proteger la creación y apoyar proyectos de reforestación. La lucha contra los abusos perpetrados en nombre de las leyes contra la blasfemia. La tierra "casa común" de todos los creyentes.

 


Karachi (AsiaNews) – “Plantar un árbol para fortalecer la armonía y el diálogo interreligioso en la sociedad” en nombre de la paz. La iniciativa promovida por Caritas Karachi y la Saving Lives Welfare Organization reunió la semana pasada a numerosos representantes de diferentes religiones en la sede de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA). Los participantes expresaron su adhesión al "programa interreligioso destinado a plantar árboles".

La iniciativa forma parte del conjunto de actividades promovidas por Caritas Pakistán en la "Campaña para plantar un millón de árboles", animada por un doble objetivo: mostrar a los jóvenes la importancia de la armonía interreligiosa y establecer buenas relaciones entre los miembros de las diferentes religiones a partir de la protección en común de la naturaleza y el cuidado de la creación mediante campañas de reforestación.

Mientras plantaban árboles en los terrenos de la YMCA, el p. Bhuro Mango, coordinador de la General Office for Justice, Peace and Integrity of Creation (Jpic) de la orden franciscana, Sarfraz Nazeer de Saving Lives y Vijay Mujarni de Prem Sagar corearon consignas de paz y armonía. Plantar árboles, dijo el sacerdote, es también una manera de responder a la invitación del Papa Francisco en la encíclica "Laudato Sì" en la que pide que cuidemos la creación. Y también, agregó, "para luchar contra el cambio climático" y promover al mismo tiempo "la paz entre personas de diferentes religiones" participando en una "causa común".

Samson Slamat, presidente de Rwadari Tehreek (una comunidad que lucha por promover la paz y la tolerancia en la sociedad), en su intervención recordó algunos de los hechos más trágicos y sangrientos de la historia reciente del país: desde los incendios en las comunidades de Shanti Nagar, Joseph Colony y Sangla Hill hasta el linchamiento de Mashaal Khan, Shama y Shahzad, Priyantha Kumara, así como el más reciente de un hombre con problemas mentales, acusado de blasfemia en Khanewal el 12 de febrero pasado. Son "algunos de los muchos ejemplos de violencia de la multitud con el pretexto de falsas acusaciones de blasfemia".

El Estado no pudo evitar estos hechos sangrientos y hasta la policía actuó como un espectador silencioso incapaz de proteger la salud e incluso la vida de los ciudadanos. Además, continuó Slamat, "los responsables de estas agresiones en la mayoría de los casos han quedado impunes". Por eso los dirigentes de Rawadari Tehreek sugieren una serie de propuestas para evitar que hechos similares vuelvan a ocurrir en el futuro. En primer lugar, formar una comisión de investigación sobre los incidentes provocados por las leyes contra la blasfemia, iniciar nuevos procesos judiciales y sancionar a los culpables que han atacado aprovechando la tapadera de la religión pero actuando como terroristas.

Slamat también apunta contra los extremistas de Tehreek-e-Labbaik (TLP), que manipulan la mente de las personas explotando y distorsionando la interpretación de las leyes. Se deben castigar igualmente las acusaciones falsas o el uso de las leyes contra la blasfemia para resolver disputas personales, como ya ha ocurrido muchas veces.