Mumbai: un nuevo programa para los niños de las fábricas de ladrillos
de Nirmala Carvalho

En Maharashtra, la St. Catherine of Siena School for Destitute Children ha puesto en marcha un proyecto para combatir la desnutrición en los niños de familias migrantes. También se brinda apoyo a nivel educativo. El instituto nació en 1957 y continúa la misión de su fundador.

 


Mumbai (AsiaNews) - La semana pasada, la St. Catherine of Siena School for Destitute Children dio comienzo a un nuevo programa de apoyo alimentario y educativo para niños que trabajan en los hornos de ladrillos.

En las zonas de Tokowade y Dhasai, en Murbad Taluka, a 110 km de Mumbai, "funcionan 5 ó 6 hornos de ladrillos y hay más de 50 niños de 1 a 15 años que viven allí con sus padres”, explicó a AsiaNews el hermano Joseph, director del instituto.

Las familias migran por trabajo y traen consigo a sus hijos. Entonces ellos no tienen la posibilidad de acceder a los establecimientos educativos. Durante la época de los monzones, de junio a septiembre, trabajan en los campos agrícolas de las aldeas, y el resto del año en las fábricas de ladrillos, que funcionan de octubre a mayo.

El programa de la escuela-orfanato de Santa Catalina de Siena les proporciona ropa limpia y bolsones de alimentos para combatir la desnutrición, y trata de involucrar a los niños con edad suficiente en actividades educativas de distinto tipo. También se ofrece apoyo económico a los estudiantes. “Un equipo de personal de campo supervisa el progreso de los niños, ya que la tasa de deserción escolar puede ser muy alta. La mayoría de los alumnos provienen de familias pobres y de bajos ingresos, y algunos de ellos son semihuérfanos”, continuó el hermano Jopeh. “El proyecto se desarrolla en función de las necesidades y no a largo plazo”.

Las cuestiones relativas a la desnutrición, en cambio, “se abordan en los pueblos, en coordinación con el jefe de aldea (llamado sarpanch) para que los programas sean eficaces y tengan éxito”, siguió explicando el director.

Un asistente social verifica que se cumplan los procedimientos de acuerdo con las sugerencias del médico: todos los meses se registra el número de niños desnutridos en la aldea y se ofrecen bolsones de alimentos para toda la familia, no solo para los niños desnutridos. “En esta primera fase, los resultados se pueden ver inmediatamente en las sesiones de seguimiento, en tres meses los casos de desnutrición pasaron, por ejemplo, de 20 a 2”.

La segunda fase es la más delicada, porque es necesario que los niños se mantengan sanos y los parámetros que hay que vigilar corresponden al desarrollo de los niños. “Todo esto ha ayudado mucho a las familias, especialmente las que vienen de zonas tribales donde no hay centros de salud, o si los hay están muy lejos”. Para la salud de los más pequeños lo fundamental es que participen las madres así como la educación higiénico-sanitaria que se imparte a todos los miembros de la aldea. “Es muy importante enseñar en las aldeas que, para el futuro de sus hijos, deben aprender a mejorar el uso del agua, el saneamiento y la higiene, a fin de que después puedan acceder a los programas de desarrollo”, continúa el religioso.

"La St Catherine's Welfare Society for Destitute Children trabaja en las zonas más remotas y necesitadas. Operamos lejos del foco de atención de las ciudades, haciendo todo lo posible para que la comunidad local se beneficie con nuestras iniciativas”. La atención a los más pequeños siempre ha sido el centro de la misión de la institución, añadió el hermano Joseph. El padre Anthony Elenjimittam, quien la fundó en 1957, escribió en su autobiografía que le resultaba muy doloroso ver crecer a los niños, en las aldeas lejanas, sin educación ni agua potable.