Ayer, el pontífice recibió a representantes de las distintas Iglesias cristianas al cumplirse un año del viaje apostólico a la tierra de Abraham. El Patriarca Sako comenta que el acontecimiento "sigue vivo" en la memoria de cristianos y musulmanes. Al-Sistani reconoce la pertenencia a una patria común. Mosul, que en otro tiempo fue un bastión del ISIS, es un símbolo de renacimiento religioso y cultural.
Bagdad (AsiaNews) - Al cumplirse un año de su "inolvidable" visita, el Papa Francisco recibió ayer en el Vaticano a los representantes de las Iglesias en Irak “con emoción y alegría". El Pontífice subrayó que "no es posible imaginar" el país "sin cristianos". Explicó que la afirmación "no se basa sólo en un fundamento religioso", sino también y sobre todo en "evidencias sociales y culturales" porque "contribuyen fuertemente a la identidad característica" de un lugar donde "la convivencia, la tolerancia y la aceptación" han florecido desde los primeros siglos. Luego de conocer y ver con sus propios ojos esta realidad, el Papa le confió a Irak "la vocación de mostrar, en Oriente Medio y en el mundo, la coexistencia pacífica de las diferencias", como ya había hecho Juan Pablo II con el Líbano.
Desde los tiempos apostólicos, recuerda el Pontífice, ellas viven "junto a otras religiones" y tienen "otra vocación imprescindible": poner las religiones "al servicio de la fraternidad" en una tierra "de los comienzos", pero también "de los exilios". Las persecuciones y las guerras han obligado a muchos a emigrar, "llevando a Occidente la luz del Oriente cristiano". Aunque han vivido "momentos verdaderamente trágicos" -continuó Francisco, durante el encuentro con los líderes cristianos iraquíes- han ofrecido "valientes testimonios de fidelidad al Evangelio". “Me inclino" ante quienes "han salvaguardado la fe, incluso a costa de sus vidas". Que la sangre de los mártires sea una "semilla de unidad entre los cristianos" que brille como "signo profético de unidad en la diversidad".
El Papa imprime una nueva dignidad a los cristianos
El recuerdo del viaje apostólico del Papa Francisco del 5 al 8 de marzo de 2021 "sigue vivo" en la memoria de la gente. El pontífice "conmovió a los iraquíes con sus gestos y discursos marcados por la fraternidad". Son las palabras del Patriarca de los Caldeos en Bagdad y Presidente de la Conferencia Episcopal Iraquí, el cardenal Louis Raphael Sako, en diálogo con AsiaNews. Fue una experiencia única, de la que "todo permanece" incluso "los sellos que el gobierno emitió" en los últimos meses para celebrar el evento. A los sellos se suma un libro que se presentará en los próximos días y fue escrito "con líderes de otras religiones -musulmanes, sabeos, mandeos, yazidíes y cristianos" en el que cada uno "habla de su fe", enmarcándola en una perspectiva de diálogo e integración.
La presencia del Papa en Irak "nos ha llevado a considerarnos todos como hermanos" adoptando una mirada de "unidad en la diversidad y en la riqueza de la naturaleza humana". Todos nosotros, explicó el cardenal, "tenemos la misma fe" y una ascendencia común, que se "manifiesta de diferentes maneras". Creemos en Dios y consideramos a Abraham como nuestro padre común". Además, los discursos e intervenciones del pontífice durante su visita a Irak "son retransmitidos por televisión" lo cual testimonia su actualidad. Finalmente, “Los cristianos han levantado la cabeza”, dice el primado caldeo. “Ahora hay un clima de aceptación general entre la población musulmana".
La Iglesia iraquí planea celebrar algunos eventos esta semana. Habrá una solemne misa ecuménica en la misma catedral en la que celebró el Pontífice, y se proponen tres días de encuentros y debates sobre los temas de la visita,. Además, se proyectará una película que recorre las principales etapas del viaje de Francisco en Irak y tendrá lugar un recital organizado por un grupo de jóvenes de Bagdad. El Patriarca Sako subraya con satisfacción que en las iniciativas "participarán cristianos y musulmanes". Finalmente, el último día habrá "una peregrinación a la Ur de los Caldeos, un viaje de paz y un viaje para escuchar la palabra de Dios a través de Abraham". En estos tiempos de conflictos -de los cuales el más reciente es el de Ucrania, tras la invasión rusa-, "debemos reiterar con fuerza el llamamiento a la paz, la estabilidad, el respeto a la vida, para que sea digna para todos. El gobierno también se ha unido al programa y estará presente de diversas maneras".
Al referirse al diálogo interreligioso, el patriarca Sako recordó el fuerte impulso recibido por el encuentro entre el Papa y el líder religioso chií Alí al-Sistani, cuyas palabras "tienen el valor de una fetua". Además, la "declaración" en la que reconocía a los cristianos como parte de la nación y de su pueblo "tiene valor jurídico para los musulmanes", y esto refuerza el llamamiento del Papa a la fraternidad.
Mientras tanto, Irak avanza hacia una reforma de sus instituciones, luego de las elecciones generales del pasado mes de octubre: "En el Parlamento -explicó el cardenal- estamos asistiendo a un fenómeno nuevo: sobre un total de 329 diputados, 200 ejercen por primera vez el cargo. Tenemos que salir de la lógica del egoísmo y mirar al futuro de una manera nueva”.
Mosul, del ISIS al renacimiento
Uno de los símbolos de este renacimiento es Mosul, la metrópoli del norte de Irak que en otro tiempo fue un bastión del Estado Islámico (EI, ex ISIS). Hoy, Mosul es un laboratorio cultural donde, aunque con dificultad, se ensaya un camino de reconciliación y reanudación de la vida en común. En este mes de marzo deberían comenzar las obras financiadas por la UNESCO y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) para la reconstrucción de algunos de los lugares de culto cristianos y musulmanes más importantes de la ciudad. Se trata del alminar de Al-Hadba, la iglesia de al-Saa'a (Nuestra Señora de la Hora, perteneciente a los padres dominicos) y la iglesia siro-católica de al-Tahera (de la Inmaculada Concepción). Recientemente, las excavaciones arqueológicas en la mezquita de al-Nouri llevaron al hallazgo de un edificio dedicado a la oración, anterior al lugar de culto islámico y que data del siglo XII; según los estudiosos, esto podría ser una prueba de que la mezquita se construyó en el sitio donde anteriormente había una iglesia.
El renacimiento de Mosul es tanto religioso como cultural, como demuestran las obras que en curso para restaurar y devolver su antiguo esplendor a la biblioteca de la universidad, que en otro tiempo albergaba un millón de libros y que fue devastada en gran parte por el Estado Islámico. Miles de textos de filosofía y derecho, ciencia y poesía, que de alguna manera contradecían su visión extremista del mundo, ardieron en llamas, mientras que otros de los títulos más preciados y codiciados se vendieron en el mercado negro.
Hoy, cinco años después de la derrota militar de los yihadistas, expertos, estudiosos y entusiastas intentan devolver a la ciudad su antigua gloria literaria. “Mosul, como todo Irak", recuerda el Patriarca Sako, "debe mirar el mensaje del Papa: somos hermanos, pero somo diferentes, y tenemos que aceptar y valorar estas diferencias, que deben enriquecernos, y no dividir". Para la comunidad cristiana, un paso fundamental es el regreso estable del obispo y de un sacerdote, que se ocupan de las familias que han vuelto a la ciudad y supervisan los proyectos de reconstrucción, que ya han comenzado.
“A pesar de las dificultades y los sacrificios", concluyó el purpurado, "este pequeño rebaño de cristianos, como lo llamó el Papa, sigue presente y la Iglesia es fuerte y está viva". A partir de aquí debemos empezar a mirar al futuro con confianza y esperanza, y seguir fortaleciendo nuestra pertenencia a Irak".