Moscú y el futuro de la alianza euroasiática
de Vladimir Rozanskij

El Kremlin procura reforzar su control de la OTSC, el bloque político-militar que reúne a varias ex repúblicas soviéticas. Putin quiere que se le atribuya la "coordinación" de la organización, pero los Estados miembros aún no han ratificado los cambios que exige Rusia. En Kazajistán, una parte de la población pide que el país abandone la alianza.


Moscú (AsiaNews) - En los últimos días, en medio de la operación militar "especial" en Ucrania, el presidente ruso Vladimir Putin presentó ante la Duma de Estado una enmienda al estatuto de la OTSC (Organización del Tratado de Seguridad Colectiva), solicitando  su ratificación. Esta especie de OTAN euroasiática reúne a Rusia y a varias ex repúblicas soviéticas, principalmente de Asia Central. El líder ruso propone introducir el concepto de "país coordinador" de la Alianza, que será decidido por su Consejo, y crear "fuerzas de paz de la OTSC" para participar en las misiones de mantenimiento de la paz de la ONU.

En el contexto actual, la propuesta resulta paradójica. En primer lugar, por el evidente predominio de Rusia sobre los demás países, lo que le adjudicaría el  título de "coordinador". Y también porque se centra en las misiones de paz, mientras Rusia se impone al mundo como el príncipe de los belicistas.

Los miembros de la OTSC habían aprobado las modificaciones en su reunión de Dusambé del 16 de septiembre pasado. Es decir, mucho antes de los disturbios de enero en Kazajistán -con la movilización de los aliados para aplastar las revueltas- y de la guerra de Rusia contra Ucrania y todo Occidente. Hasta ahora ninguno de los países miembros ha ratificado el nuevo protocolo.

Poco antes de que se violaran las fronteras de Ucrania, la ONU celebró una sesión el 16 de febrero a pedido de Rusia, presidente de turno del Consejo de Seguridad, para evaluar la cooperación con la OTSC. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, había dado el visto bueno a la alianza euroasiática, considerando su capacidad para prevenir y contener conflictos, especialmente en vista de la situación en Afganistán, controlado por los talibanes. Desde el 2004, la OTSC tiene estatus de observador en la ONU y en 2010 se firmó un acuerdo de colaboración.

Kazajistán comenzó a debatir las enmiendas en diciembre, pero los disturbios de enero pospusieron la ratificación hasta nueva fecha. Los otros miembros de la OTSC, además de Rusia, son Armenia, Bielorrusia, Kirguistán y Tayikistán, que enviaron un total de 2.500 soldados a Kazajistán para contener los disturbios, con una misión que se prolongó del 13 al 18 de enero, poco más de un fin de semana. En tales circunstancias, la OTSC cobró la forma de un desfile militar para reafirmar el control ruso sobre los demás países, lo cual desató protestas en varios sectores de la población kazaja. Tras la invasión a Ucrania, los kazajos exigen que su país se retire de la Alianza y de la Unión Económica Euroasiática, también dominada por Moscú.

El nuevo rol de "coordinador" no conlleva el derecho a imponerse sobre los demás miembros, que deciden participar en las misiones militares de forma voluntaria. Solo consiste en representar a todos ante la ONU y concertar la organización de las propias misiones. El experto militar kazajo Ermek Seytbattalov considera que los cambios pueden justificarse por las limitaciones de la estructura de la OTSC.  La organización no puede tomar decisiones importantes porque están supeditadas a la unanimidad, de ahí la necesidad de legitimar a un Estado fuerte como "coordinador".

Resulta evidente que Rusia está tratando de preparar una contra-OTAN a su disposición y sin la presencia china con el fin de estabilizar el conflicto actual como un enfrentamiento entre sistemas político-militares a imitación de la "guerra fría" del siglo XX. En todo ello, Rusia asume que la guerra en curso podría enfriarse. Ciertamente, los ejércitos armenio o kirguís no pueden equipararse con el ruso, pero, como afirma Seytbattalov, "en Ucrania, Rusia ha mostrado grandes debilidades estratégicas, tácticas y operativas, y los demás países de la OTSC están perplejos ante sus pretensiones".

La reputación internacional de Rusia se derrumbó tras la invasión a Ucrania, y no se descarta que la coordinación de la OTSC pueda quedar en manos de Kazajistán u otro país, aunque bajo el control de Moscú. Otros países, como Uzbekistán, Hungría y Azerbaiyán, también han participado en distintas iniciativas de la Alianza Euroasiática. Y la organización tiene sus puertas abiertas para el ingreso de otros miembros, de cualquier parte del mundo.