La farsa de las elecciones turcomanas
de Vladimir Rozanskij

Votó el 97% de los electores, según las autoridades. Observadores independientes: se sustituyen las boletas para establecer el "nivel correcto" de preferencias para Serdar Berdymuhamedov, el sucesor designado por su padre Gurbanguly. Promesas vacías para un país en crisis económica desde hace 15 años.


Moscú (AsiaNews) – Los resultados de las elecciones presidenciales anticipadas en Turkmenistán todavía se están verificando. Según declaraciones oficiales, el 97% de los electores participó en la votación del 12 de marzo. Sin embargo, las pocas fuentes de información independientes hablan de un fraude generalizado, a fin de llevar los resultados al nivel plebiscitario deseado para la sucesión "democrática" entre Berdymuhamedov padre e hijo.

Según estas fuentes, la noche siguiente a las elecciones en los colegios electorales se sustituyeron las boletas con preferencia para los candidatos "equivocados". Un observador de Azatlyk en la administración de uno de los velayat (provincia) dijo que, después de que cerraron las urnas a las 19.00 horas, las autoridades enviaron instrucciones de no dar por terminado el conteo hasta que se estableciera el "nivel correcto" de preferencias para Serdar Berdymuhamedov. Aparentemente había demasiados votos para los candidatos alternativos. Después que se hicieron las correcciones, las oficinas responsables comenzaron a enviar los resultados al centro de Ašgabat.

Ya se habían filtrado muchas violaciones mientras se desarrollaba la votación, como la entrega de boletas - impresas en papel común - no según el pasaporte, sino según la cantidad de familiares, aunque el votante estuviera solo. Una de las fuentes anónimas de Azatlyk, en la capital, dice que “me dieron tres, dije que tenía otros parientes y me dieron más, si les hubiera pedido para el perro y el gato, las hubiera obtenido sin objeciones”. Como confirmación, envió la foto de las boletas "suplementarias".

En el velayat de Lebap, un niño de 11 años acudió a votar en nombre de toda la familia, llevando los pasaportes de sus padres que no podían acudir porque estaban demasiado ocupados: "Nos llamaron de la oficina electoral y dijeron que podía venir cualquier miembro de la familia". La agencia de noticias Turkmen.news ha publicado el video de una televisión estatal que no fue transmitido, en el que se ve a un votante introduciendo en la urna una gran cantidad de boletas.

En realidad la altísima participación se concentró casi solo al comienzo de la jornada electoral, entre las 7 y las 11 de la mañana, cuando masas de estudiantes y trabajadores acudieron a votar en camiones y vehículos colectivos. El comité electoral declaró que a las 12.00 había votado el 51% de los padrones y que los demás llegarían por la tarde, pero muchos observadores confirman que después del mediodía los centros electorales permanecieron casi vacíos hasta la noche. Los funcionarios públicos votaron en su mayoría con la modalidad a distancia, en los días previos, so pena de ser reprendidos por las autoridades.

De todos modos Serdar, el candidato "designado", ya ha expuesto ampliamente su programa de gobierno, sin poner en duda que será reelegido. Se propone lograr una amplia "modernización del sector estatal y privado, aumentar el empleo en todo el país, invertir en empresas privadas, en las pequeñas y medianas empresas y en el sector del turismo".

Como señalan todos los analistas, son promesas "estándar" en cualquier país del mundo, y muy pocos esperan grandes cambios del hijo de Berdymuhamedov.

El programa menciona vagamente el "problema del desempleo" y el insuficiente nivel de vida de la población, cuidando de no hacer ningún comentario crítico sobre el anterior gobierno de su padre. Probablemente en los próximos días, tras la proclamación, Serdar "invitará" a las empresas a aumentar el número de empleados según porcentajes fijados desde arriba, como ocurría durante los planes quinquenales soviéticos. El país está sumido en una profunda crisis económica desde hace al menos 15 años, precisamente en los años de su padre Gurbanguly, quien por eso decidió dar un paso al costado. Trató de evitar protestas y levantamientos similares a los de Kazajstán y otros países exsoviéticos, aunque ninguno de ellos está tan estrictamente controlado como Turkmenistán.