Manila: Duterte, en la última fase de su 'guerra contra las drogas'
de Stefano Vecchia

El presidente saliente dice que será menos sangrienta y se centrará en el diálogo y la rehabilitación. Sin embargo, la sociedad civil teme que ésta siga marcada por los abusos y hechos de violencia. Según estimaciones independientes, en los últimos seis años la represión se ha cobrado al menos 30.000 víctimas en Filipinas.


Milán (AsiaNews) - De los asesinatos sumarios a la rehabilitación: el presidente filipino Rodrigo Duterte asegura que la última fase de su "guerra contra las drogas" se centrará en el diálogo y la participación de las familias de los drogadictos y traficantes arrestados durante los últimos seis años o que se han entregado voluntariamente a la policía por temor a represalias letales. Cabe remarcar, sin embargo, que en esta etapa la mayor parte de las tareas seguirán en manos de la policía. 

Duterte se encuentra en el último tramo de su mandato ya que no puede presentarse a las elecciones presidenciales del 9 de mayo. Desde el inicio de su campaña presidencial del 2016 había promovido dar batalla contra la droga. Declarando que quería liberar al país de la lacra de la drogadicción, un flagelo que afecta a dos millones de personas, orquestó una violenta represión contra los opositores políticos, las organizaciones no gubernamentales, los medios de comunicación y las figuras religiosas. 

La comunidad internacional se ha pronunciado en repetidas ocasiones contra las prácticas brutales del presidente saliente. Al menos 8.000 personas han muerto en ejecuciones extrajudiciales, y según estimaciones independientes, la cifra ascendería a 30.000. Por otra parte, las desapariciones, detenciones y registros arbitrarios han llevado a un millón de filipinos a entregarse a las autoridades para evitar consecuencias peores. A las infames y superpobladas cárceles filipinas se han sumado 300.000 presos que fueron detenidos directamente por la policía.

Ante esta situación, ingobernable y difícil de explicar a su hija Sara, candidata a la vicepresidencia, y al candidato favorito a la presidencia 'Bongbong' Marcos, hijo del dictador Ferdinand Marcos, Duterte ha decidido poner en marcha una estrategia de fin de mandato. Aunque la batalla promete ser menos sangrienta, será muy difícil recomponer las relaciones con la sociedad civil.

La operación Campaign Plan Double-Barrel Finale Version 2022 fue presentada por el jefe de la policía filipina, el general Dionardo Carlo. Pretende mostrar una mayor humanidad hacia los sospechosos: promete basarse en el diálogo, las operaciones de persuasión y los programas de rehabilitación, aunque sin modificar el compromiso de erradicar la toxicodependencia.

Inmediatamente llovieron críticas de los grupos que hasta ahora han luchado contra el uso de la fuerza y la arbitrariedad contra ciudadanos inocentes, en su mayoría pertenecientes a los sectores más pobres de la población. Como ha expresado abiertamente la ONG Karapatan, la labor de "persuasión" volverá a estar marcada por los abusos y la violencia, en un contexto en el que la policía podrá actuar con mayor libertad, tras la flexibilización de las restricciones que regían durante la pandemia.