Desde febrero de 2020, el número de desplazados internos se incrementó en unos 520.000. Los grupos humanitarios denuncian que escasean los alimentos y que el país está al borde de la catástrofe humanitaria. Hasta el momento, han muerto más de 1.700 civiles. Los militares han detenido a casi 10.000 personas. Nuevas sanciones de Estados Unidos contra los generales birmanos.
Rangún (AsiaNews) - En Myanmar, los desplazados internos suman casi 900.000. Se trata de uno de los efectos más dramáticos de la guerra civil desatada tras el golpe militar de febrero de 2020, que derrocó al gobierno civil de Aung San Suu Kyi. Según las cifras de las Naciones Unidas, los enfrentamientos entre el ejército del gobierno y los opositores al golpe de Estado han sumado 520.000 personas más al número de desplazados existentes, víctimas de décadas de conflicto entre las fuerzas armadas y las milicias étnicas.
Según informa Radio Free Asia, los grupos humanitarios piden a los gobiernos extranjeros que adopten una postura más firme contra los crímenes cometidos por los generales birmanos contra la población civil. Señalan que la escasez de alimentos está llevando al país al borde del desastre.
La emergencia de la población civil es cada vez más grave en las regiones noroccidentales de Magway y Sagaing, y en los estados sudorientales de Kayah y Kayin. Estas son las zonas donde se concentra la resistencia armada más fuerte, que lucha contra las tropas de la Junta militar.
Desde que los militares tomaron el poder, las fuerzas de seguridad mataron a más de 1.700 civiles y arrestaron a casi 10.000, según el grupo humanitario Assistance Association for Political Prisoners. Ayer, Estados Unidos anunció un nuevo paquete de sanciones contra los generales birmanos. Éste se suma a otras medidas punitivas en vigor, aplicadas por Washington y sus aliados.