Rabino Milgrom: Israel 'sorprendido' por los ataques. Temen una escalada

Un atacante originario de Jenin mató anoche a cinco personas en un suburbio de Tel Aviv, dos de ellos ucranianos. Este es el tercer atentado en una semana, que han dejado un total de 11 víctimas. La sentencia de Abu Mazen, el líder de Hamás "orgulloso" por el gesto "heroico". Rabino pacifista: una prueba para el gobierno y su estadabilidad. Riesgo de que aumenten las tensiones en el Día de la Tierra.

 


Jerusalén (AsiaNews)- Crece las tensión en Israel tras el grave atentado ocurrido anoche en Bnei Brak (Tel Aviv) - el tercero en una semana - en el que murieron cinco personas, dos de ellas ciudadanos ucranianos de 23 y 32 años, como así como un policía. El líder de Hamas se mostró muy satisfecho y dijo que estaba "orgulloso" por un gesto "heroico". Por su parte el presidente de la Autoridad Palestina - solicitado por el gobierno israelí- condenó lo ocurrido, aunque sus palabras no fueron suficientes para calmar los ánimos. La espiral de violencia, señala Jeremy Milgrom a AsiaNews, ha “tomado al país por sorpresa” y temen que pueda empeorar y se convierta en un conflicto abierto, como sucedió en mayo del año pasado en la Franja de Gaza.

El ataque se produjo en tres fases distintas en el área metropolitana de la capital económica y comercial de Israel. Fuentes del Ministerio de Defensa afirman que el atacante era Diaa Hamarsheh, de 26 años, originario de Jenin, Cisjordania, ya conocido por las fuerzas de seguridad y arrestado en el pasado por actividades "terroristas". Se desplazaba en una motocicleta atropellando a transeúntes desprevenidos y civiles inocentes. Las víctimas son, además de los dos ciudadanos ucranianos, el agente de policía Amir Khoury, de 32 años, Yaakov Shalom, de 36, y Avishai Yehezkel, de 29, quien supuestamente protegió a su hijo pequeño con su propio cuerpo y le salvó la vida.

Dos días antes un tiroteo en la ciudad de Hadera concluyó con la muerte de dos policías. La semana pasada, otras cuatro personas fueron asesinadas a puñaladas en Be'er Sheva, en el sur. En ambos casos el Estado Islámico (IS, antes Isis) se atribuyó la responsabilidad de los ataques, pero la situación sigue siendo poco clara y no hay certeza sobre la matriz de los mismos. El primer ministro israelí Naftlai Bennett convocó el Consejo de Seguridad para evaluar las respuestas a una ola de violencia que empieza a resultar preocupante y ya ha desencadenado una controversia política interna.

Jeremy Milgrom, rabino israelí y miembro de la ONG Rabbis for Human Rights, señaló que "muchos israelíes fueron sorprendidos" por los ataques y por el hecho de que el Estado Islámico "haya podido atacar dentro del país". La sensación, o la esperanza, es que pueden ser "casos aislados", pero el problema de la violencia sigue existiendo: "Muchos árabes están integrados, trabajan en la construcción, en el transporte, en el sector médico, en la policía, dos de las víctimas de estos días eran árabes”.

No hay políticas a largo plazo debido a desacuerdos que se arrastran desde hace demasiado tiempo. “Necesitamos una verdadera igualdad - sigue diciendo Milgrom - reconocer el derecho a la ciudadanía y la igualdad de derechos”, aunque la situación sea diferentes para los que viven en Israel y los territorios ocupados, en Gaza e incluso los palestinos refugiados en el exterior. “Muchos piensan que se debe usar la fuerza - explica -, pero lo que se requiere es un cambio de mentalidad, mientras que Israel tiende a responder usando más fuerza, con arrestos y negando las libertades civiles a los palestinos”. En el plano diplomático, la cuestión palestina parece haber desaparecido", ya que ni siquiera se ha mencionado en el encuentro con los líderes árabes que tuvieron lugar en los últimos días". Y el mismo gobierno, que en su interior tiene un partido islámico, "muy probablemente será más agresivo y tomará medidas aún más duras que las de su antecesor Netanyahu. Estos hechos - concluye - constituyen una prueba para el ejecutivo y su estabilidad".

Mientras tanto, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina Abu Mazen condenó lo ocurrido en Bnei Brak, uno de los barrios ultraortodoxos más poblados de la ciudad. Subrayó que "el asesinato de civiles palestinos e israelíes sólo puede deteriorar aún más la situación, especialmente en vísperas del mes sagrado del Ramadán y las fiestas cristianas y judías". Muy distinto fue el tenor de las declaraciones de Ismail Haniyeh, líder de Hamas: “Estamos orgullosos -dijo- del pueblo palestino y de las personas libres de la nación, por el heroico ataque” contra Israel.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, emitió un comunicado donde condena la ola de violencia que ha causado hasta el momento 11 víctimas, y habló de actos que “nunca se pueden justificar”. Sin embargo, los extremistas judíos responden a la violencia con la misma violencia, incendiando automóviles e irrumpiendo en las casas. En los últimos días se han producido numerosos episodios, el más reciente ocurrió en las últimas horas en Asira al-Qibliya, un pueblo al suroeste de Nablus, acompañado por un llamando a responder "con sangre" a los ataques contra los israelíes. La atención se centra ahora en las celebraciones del 46º Día de la Tierra que los líderes árabes han confirmado para hoy, pese a los temores de que una manifestación de este tipo pueda contribuir a exacerbar la tensión ya existente.