Beirut, Unicef: la crisis económica ha triplicado la mortalidad materna

Los expertos consideran que se encuentra en peligro la salud de las madres y los niños por nacer. Los que corren mayores riesgos son, entre otros, los refugiados sirios que huyeron de la guerra. Desde octubre, un tercio de los niños que necesitan tratamiento no han tenido acceso a la atención médica. El 40% de los médicos y el 30% de las parteras han abandonado el país.

 


Beirut (AsiaNews) - La crisis económica que sufre el Líbano desde hace tres años, provocando un empobrecimiento general y el deterioro de la calidad de vida, ha triplicado el número de víctimas por complicaciones relacionadas con el embarazo, condicionando la salud de las futuras madres e incrementando la mortalidad infantil. Así lo afirma un informe publicado ayer por Unicef, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, según el cual uno de los factores que determinan la situación crítica es la fuga de médicos y matronas al exterior.

En cuanto a los menores, entre los que corren mayor riesgo se encuentran los refugiados sirios que han cruzado la frontera con el Líbano debido a la guerra. Según Unicef, desde octubre del año pasado al menos un tercio de los niños no ha tenido acceso a la atención médica. El número de los que mueren dentro de las primeras cuatro semanas de vida "ha aumentado dramáticamente" entre los refugiados. Una de las cifras que muestra el alcance de la emergencia: de “65 muertes de recién nacidos en el primer trimestre de 2020, se pasó a 137 en el tercer trimestre”.

Según las estimaciones oficiales, el Líbano acoge desde hace tiempo a 1,5 millones de refugiados sirios, lo que constituye aproximadamente una cuarta parte de la población. “Los padres y las familias con problemas - señala Ettie Higgins, representante de UNICEF en el país de los cedros - no pueden acceder a la atención médica básica para sus hijos, mientras los trabajadores de la salud especializados luchan por mantener oprativas las estructuras”. Alrededor del 40% de los médicos, incluyendo los que trabajan con mujeres y niños, han abandonado el país, así como cerca del 30% de las parteras, lo que condiciona aún más la calidad de los servicios ofrecidos por un país que alguna vez fue considerada el centro de salud de la región.

En el pasado, el Líbano había alcanzado grandes logros en la reducción de la mortalidad infantil y la relacionada con el embarazo. Sin embargo, sigue diciendo el informe de la agencia de la ONU, la cifra volvió a aumentar entre 2019 y 2021, pasando "de 13,7 a 37 muertes por cada mil nacidos vivos". Faysal al-Kak, coordinador del Comité Nacional Libanés para la Maternidad Segura, dice que el número de muertos ha aumentado en gran medida "debido a la variante Delta del coronavirus" en 2021, pero la crisis económica también ha tenido "un impacto significativo en las muertes".

“La crisis libanesa -explica el experto a Reuters- es una variable importante: puede ser que las madres no acudan a un médico porque no pueden pagarlo”. La sensación, agrega, es que muchos no pueden permitírselo. A eso se suma la variante Delta del Covid-19, con su impacto en la mortalidad, y la baja tasa de vacunación.

El aumento de los costos del transporte y los servicios debido al colapso de la moneda local y la eliminación de la mayoría de los subsidios al combustible y los medicamentos han debilitado la atención médica primaria, confirma UNICEF. Al mismo tiempo, las tasas de vacunación infantil han disminuido, dejando a cientos de miles de niños vulnerables a enfermedades que podrían evitarse, como el sarampión y la neumonía.