Senadora opositora a Duterte está presa desde 2017: ahora, el acusador se retracta
de Stefano Vecchia

Leila De Lima - ex ministra de Justicia de Aquino y ferviente opositora a los métodos del presidente en la "guerra contra las drogas" - fue detenida y condenada por presuntos favores a un narcotraficante. Sin embargo, hoy Kerwin Espinosa afirma que fue la policía quien le obligó a acusarla. Mons. David, presidente de la Conferencia Episcopal: "Es una grave injusticia cometida contra todo el pueblo filipino".


Manila (AsiaNews) - Pronto podría ser excarcelada Leila de Lima, la senadora de 62 años recluida desde 2017 -según sus partidarios, por una maniobra del presidente Duterte, quien había sido criticado por la senadora por la "guerra contra las drogas" lanzada en 2016 inmediatamente después de su elección. Hoy, De Lima parece obtener justicia en los estertores de la administración Duterte, en vista de las elecciones presidenciales del 9 de mayo.

Hace cinco años, el presidente ya llevaba tiempo en el punto de mira de los grupos de derechos humanos -incluso antes de su candidatura y elección. Se cuestionaban sus iniciativas represivas hacia la sociedad civil y los métodos apresurados para deshacerse de los críticos. Los contrastes culminaron en una denuncia contra la mujer que, en su rol  de Secretaria de Justicia, en 2014 había sacado a la luz los privilegios que se otorgaban en prisión a los 'narcos' locales y sus conexiones. Esto llevó a un juicio contra ella y a una condena por corrupción, por aceptar dinero del narcotráfico. En el proceso, la acusación se apoyó en el  testimonio del traficante Kerwin Espinosa. Sin embargo, el 28 de abril pasado Espinosa se retractó en un documento escrito, señalando que su confesión fue obtenida mediante extorsiones de la policía. Por tanto, De Lima quedaría libre de sus presuntas responsabilidades, dejando sin efecto la condena.

Mientras aguarda medidas oficiales, la senadora insta a otros a desvelar y exponer claramente las relaciones entre el narcotráfico, la política y la policía. Durante su detención,  De Lima ha seguido desarrollando sus actividades políticas y legislativas. Incluso se ha presentado como candidata en las elecciones, en el frente contrario al tándem para la presidencia y la vicepresidencia formado por Ferdinand 'Bonbong' Marcos y Sara Duterte, la hija del presidente saliente.

Cabe mencionar que su postura crítica no es un episodio aislado. A solo una semana de las elecciones, la Conferencia Episcopal de Filipinas fue contundente al recordar las graves consecuencias que supondría el retorno de los Marcos al mando del país y una renovación de las políticas liberticidas de Duterte.

El 29 de abril, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Pablo Virgilio David, obispo de Caloocan, había destacado públicamente la "grave injusticia" cometida contra Leila de Lima, y “contra el pueblo filipino", subrayando "que ni siquiera se le permitió participar online en las sesiones del Senado".