El año nuevo de los chuvasios
de Vladimir Rozanskij

Los herederos de los búlgaros del Volga celebran el despertar de la tierra, el año nuevo de los agricultores. Hay al menos 100.000 adeptos al "Tura", la religión tradicional. Sus elementos están presentes en la ortodoxia rusa. También habría inspirado el "sábado comunista" de Lenin.


Moscú (AsiaNews) – En Cheboksary, importante ciudad rusa del Volga, los representantes de la religión tradicional local "Tura" celebraron el primero de mayo una de las principales fiestas de los chuvasios: el "Man Kun" o "Gran Día", que marca el despertar de la tierra, el año nuevo de los agricultores.

Los chuvasios son un pueblo casi en peligro de extinción, cuyo número disminuye cada año. No quieren perder su cultura y sus tradiciones, especialmente en un momento en que el Parlamento ruso está aprobando leyes para proteger las particularidades de los numerosos pueblos de Rusia.

Chuvashia es una república autónoma de la Federación Rusa, fruto de una decisión de Lenin tras la revolución. Fue creada para identificar y controlar a la etnia que se cree única y verdadera heredera de los "búlgaros del Volga", los primeros asiáticos con los que se enfrentaron los antiguos rusos en territorio europeo. Este año también se celebra el 1.100 aniversario del islam, que los búlgaros propusieron al príncipe Vladimir de Kiev antes de que eligiera el bautismo cristiano-bizantino. Sin embargo, en Chuvasia reivindican el paganismo popular como su verdadera raíz espiritual.

La religión del Tura fue restaurada oficialmente tras el fin del régimen ateo en 1995, con su centro en Cheboksary. Los nuevos fundadores fueron Ivlev Danilovič, un mecánico plástico, y Fedor Madurov, un escultor bastante conocido y diputado del consejo provincial local en la época soviética, que murió poco después. Madurov había construido la primera "iglesia tura", llamada "Kermečuk" (iglesia en la lengua chuvasia), en la capital de la república, donde un grupo de activistas continuó con su obra.

En Kermečuk se encuentra el principal símbolo de la religión turana, el tocón ritual 'Jupa', que cobra vida durante el Man Kun. Este elemento permite que el trabajo en el campo se reanude con los rituales agrícolas conocidos como 'Akatuj', una vez pasadas las grandes heladas invernales. La fecha del Man Kun se determina mediante complicados cálculos atmosféricos, aunque en realidad se celebra el primero de mayo, el inicio oficial de la primavera para todos los rusos. Llaman a este paso la "maslenitsa", el día de la mantequilla, que hoy se integra en los ritos cristianos de la Cuaresma y la Pascua. La religión chuvasia es, por tanto, un eco lejano del paganismo ruso de la "Madre Tierra" (Mokoš), del que se conservan muchos elementos en la espiritualidad ortodoxa.

En una entrevista concedida a Idel.Realii, la sacerdotisa turana Rusalina Selentaj señala que "el Man Kun nunca coincide con la Pascua cristiana, porque los cálculos de ambas fiestas son siempre diferentes... nos preparamos para la fiesta con la participación de toda la población, que limpia los campos y los corrales para empezar a sembrar". Según Rusalina, fueron los chuvasios quienes inspiraron a Lenin, nacido no muy lejos de Cheboksary, a establecer la institución comunista del "subbotnik", el "sábado comunista". Consistía en que cada semana todos debían limpiar los patios y condominios, haciendo hincapié en la participación social.

En la víspera del Man Kun se celebra el "Kalam", la despedida del año anterior con la conmemoración de los antepasados y todos los muertos. En ella tiene lugar el rito del "Siren" o purificación, una especie de bautismo turano para entrar por la puerta de la nueva vida, como en el primer Man Kun, cuando tuvo lugar la creación del mundo. El calor del verano que se aproxima es una señal del renacimiento del mundo, y también de las interpretaciones esotéricas que predicen una evolución de la tierra y de la humanidad hacia estadios cada vez más perfeccionados.

El hijo del escultor-fundador, Dmitry Madurov, cree que la Pascua cristiana en Rusia ha absorbido muchos elementos del Man Kun, como el encendido de la hoguera al comienzo de la Vigilia después de que se haya apagado el fuego del año anterior. Este año se reunieron en Cheboksary unas pocas decenas de personas, pero según Madurov hay al menos 100.000 adeptos al Tura en todo el mundo que quieren expresar de forma pintoresca la esperanza de paz y vida nueva.