La victoria imposible de Putin
de Vladimir Rozanskij

La invasión de Ucrania ordenada por el presidente ruso se está quedando sin fuerzas. El Kremlin tiene poco que celebrar hoy, día de la victoria sobre la Alemania nazi. Kiev al contraataque. La movilización general de Moscú es imposible. El tiempo juega a favor de los ucranianos.

 


Moscú (AsiaNews)- El desfile del 9 de mayo, el “día sagrado” de la victoria contra la Alemania de Hitler, tenía que ser un nuevo triunfo para Rusia, 75 días después de la invasión de la Ucrania “nazi”, liberada gracias a Putin. Y sin embargo, a pesar del impresionante despliegue militar "especial", el ejército de Moscú se encuentra, de hecho, con un puñado de moscas en la mano. Han muerto más de 15 mil soldados rusos, junto con muchos civiles ucranianos, incluyendo niños, exterminados por bombas y ataques con todas las armas posibles. El ejército ruso se está quedando sin fuerzas y el resultado parece estar lejos de lo que esperaba el Kremlin.

Como afirmó el experto militar ruso Sergej Grabsky en un debate por Radio Svoboda, "millones de ucranianos viven en condiciones de ocupación militar de una fuerza extranjera, de hecho se los ha tomado como rehenes, y el gobierno de Kiev no puede hacer otra cosa que emitir declaraciones y tratar de protestar en todos los foros internacionales disponibles, y no parece posible resolver la cuestión de manera civilizada”.

En los territorios ocupados, Rusia intenta escenificar una transición identitaria y de gobierno, proclamando la “independencia” de territorios que ni siquiera puede controlar por completo, cortando los cables de la conexión móvil ucraniana e instalando redes rusas. En el Donbass y en las zonas devastadas a orillas del mar de Azov, que en realidad son tierras arrasadas, es imposible vivir en este momento.

Desde hace días y días se está librando una guerra de posiciones, en la que los rusos no consiguen avanzar y los ucranianos están dispuestos a sacrificar lo que sea necesario para no ceder ni un metro al invasor. Los ejércitos de Moscú no pueden pasar por Izjum para llegar a Sloviansk, después de haber tenido que abandonar vergonzosamente la región de Kiev. Las tropas rusas tienen que enfrentarse a combatientes compactos  en ciudades como Severodonetsk, Rubežnyj o Lisičansk, que hasta son difíciles de identificar en los mapas de guerra de las televisiones de todo el mundo.

Las tropas ucranianas, cuya fuerza militar sin duda no se puede comparar con la de su adversario, parecen incluso haber iniciado un contraataque y han sido capaces de provocar graves pérdidas a los rusos, como ocurre desde hace días en el distrito de Kharkiv. Cada hora se anuncia la reconquista de aldeas y territorios y si se consolidan estos avances, muy pronto los ucranianos podrán volver a controlar la zona de frontera con Rusia, en Volčansk y Kupyansk.

Al mismo tiempo, Ucrania sufre una crisis de escasez de combustible porque las refinerías y depósitos de petróleo han sido destruidos por los bombardeos, y en las estaciones de servicio las colas de automóviles pueden demorar varias horas. La población civil siente los efectos de las condiciones extremas provocadas por la guerra y todo el combustible disponible se reserva  para los vehículos militares. Sin embargo, la población muestra una gran unidad y espíritu de sacrificio, identificándose con las proclamas del presidente Zelenskii, convertido en héroe gracias a los rusos.

Por tanto, no hay ninguna victoria para proclamar, y según Grabsky "el Kremlin trata de exhibir la ocupación de cualquier caserío rural, pero ni siquiera consigue concluir la conquista de Mariupol o de la región completa de Lugansk". La tan cacareada movilización general es sencillamente imposible, explica el experto militar: "El camarada Stalin la preparó durante 10 años, es un proceso muy complicado de activar y, aunque se proclamara hoy, las primeras tropas del nuevo reclutamiento no llegarían al frente hasta dentro de tres meses”.

Los ejércitos rusos están al límite de la resistencia, se desplazan continuamente de un lado a otro y no es posible reabastecerlos con el material de guerra que necesitan, por no hablar de los medios de subsistencia, y el tiempo juega completamente a favor de las fuerzas de defensa de Ucrania. Si no puede mantener a los soldados ya desplegados, es poco probable que Rusia pueda reclutar y entrenar civiles sin ninguna preparación militar y sin ningún deseo de ir a la guerra.